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31/7/09

EMOCIONES SOCIALES

Cuando se pide a alguien que mencione algunas emociones, normalmente no pasa más allá de nombrar unas cuatro o cinco. Solamente con un mayor análisis puede mencionar otras. Sin embargo los psicólogos han contabilizado muchas mas emociones, por lo menos unas quince, que normalmente se dividen en dos grupos: emociones básicas o primarias, y emociones sociales o secundarias.

Entre las emociones básicas se cuentan el miedo, la alegría, la sorpresa, la rabia, la tristeza y el asco. Todas ellas tienen dos características comunes: que cada una de ellas puede ser gatillada por varios estímulos diferentes, y que constituyen un mecanismo filogenético muy antiguo, que compartimos con los demás animales. Por esto las emociones básicas activan rápidamente la conducta, y preparan al organismo para la acción, ya sea la lucha o la huida.

En las emociones sociales en cambio, lo fundamental es algún tipo de evaluación relativa al propio yo. Aparecen cuando se produce una valoración –sea positiva o negativa- del propio yo con relación a algún criterio de cómo debería actuarse en una situación particular. Por ejemplo, la culpa se genera cuando la persona evalúa en forma negativa una forma de actuar, pensando que debería haber actuado de manera diferente.

A diferencia de las emociones básicas, las emociones sociales son también más conscientes. Tienen sentido en relación con los demás, y surgen en un contexto social determinado. Son además emociones “menos puras”, es decir más relacionadas entre sí, y muchas de ellas tienen su base en las emociones básicas.

Entre las principales emociones sociales o secundarias se encuentra la culpa, la vergüenza, el orgullo, el enamoramiento, los celos, la envidia y la empatía. Si se las examina, en realidad todas ellas tienen relación con los demás, no están presentes en los animales, y no activan la conducta de manera tan inmediata.

Todas ellas exigen además cierto desarrollo de la parte cognitiva, es decir tener una identidad más o menos clara (conciencia del propio yo), y mayor autoconciencia en el sentido de darse cuenta de que se están sintiendo o experimentando. Por otra parte, el aspecto socioafectivo juega un papel muy importante en todas estas emociones. Detrás de ellas, siempre hay una valoración ética, o al menos de lo que debería o no ser correcto. Estas emociones jamás surgen si no están en relación con otras personas. Se puede sentir miedo o asco sin que nadie esté presente (emociones básicas), pero la vergüenza, el enamoramiento o la culpa jamás se dan si no hay un entorno social. Aún si una culpa se siente estando solo, se generó en un contexto social o bien la persona se siente culpable pensando que su forma de actuar sería criticada por los demás.

Las emociones sociales surgen por tanto frente a un tipo particular de eventos, que involucra a otras personas y una autovaloración. Implican una experiencia subjetiva más profunda, y en este sentido se relacionan más con los sentimientos. La psicología plantea que en la aparición y formación de estas emociones sociales jugaron un papel muy importante los padres y la sociedad, que desde que el niño es pequeño, a través de la aprobación o castigo, le van mostrando la forma correcta de actuar.