Páginas

22/4/12

SINDROME DE STENDAHL

Nuestro diccionario oficial (RAE) define la belleza como “propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas”. Y refiriéndose a la belleza artística en particular, dice que es “la que se produce de modo cabal y conforme a los principios estéticos, por imitación de la naturaleza o por intuición del espíritu”.

La belleza nos puede impactar a todos, cual más cual menos. Cuando el impacto es extremo, puede producir en la persona un síndrome llamado “Síndrome de Stendhal” o “Síndrome de Florencia”. Descrito hace no más de veinte años por una psiquiatra italiana, la Dra. Graziella Maguerini, este síndrome se caracteriza o es definido como una enfermedad psicosomática que provoca taquicardia, vértigo, confusión e incluso alucinaciones, cuando una persona entra en contacto con muchas obras de arte, especialmente si son muy hermosas o son muy abundantes en un mismo lugar. Precisamente esto ocurre en la ciudad italiana de Florencia, considerada como una de las ciudades más hermosas del mundo por la gran concentración de obras de arte. En una investigación se comprombó que se producen trastornos del pensamiento en un 66% de las personas, trastornos predominantes de los afectos en un 29%, y en un 5%, crisis de pánico o proyecciones somáticas de la angustia. Según una fuente de Internet, todos los años se atiende a alrededor de 12 personas en el hospital de Florencia por este cuadro.

El nombre del síndrome lo acuñó la psiquiatra por la experiencia que relató un escritor del siglo XIX –Stendalh- quien en una oportunidad, de visita en Florencia, sufrió este cuadro. El escritor relató su experiencia diciendo que “fuertes latidos de corazón, acompañados de la sensación de que la vida se había desvanecido, caminando con sensación de caer”.

El síndrome parece darse en diferentes grados. Quizás en algunas personas se trate solamente de un "arrobamiento" frente a la obra, y es probable que se gatille con motivo de otras formas de arte, como la música, poesía, un paisaje muy hermoso, etc. Palabras como “sobrecogido”, “vibrante”, “gozoso”, “exultante”, tal vez sean otras formas de caracterizar la sensación interna. Recuerdo el reporte de un astronauta norteamericano que quedó tan impactado por la visión del espacio y la Tierra, que dijo no desear volver a vivir una experiencia tan fuerte.

Por último, es interesante considerar las múltiples conexiones que podrían tener relación con este síndrome, como ciertos estados místicos, experiencias de éxtasis, etc. Incluso hay un autor que postula la necesidad de conectarse con la belleza para despertar en nuestro cerebro algunas zonas dormidas.