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27/12/07

EL SELLO PERSONAL

Un famoso psicólogo dijo en una oportunidad que todo cuanto hacemos lleva nuestro sello. Este sello personal o estilo propio se puede notar con facilidad en las obras de un pintor, así como también en una serie de cosas que hacemos en la vida cotidiana. En todo lo que hacemos está nuestro sello.
Si bien la conducta tiene siempre un componente adaptativo, es siempre también expresiva. Una conducta como llamar a alguien por teléfono puede ser común a todos, pero la forma en cada cual lo hace –su estilo o sello.- es característica de cada persona. Dos mujeres pueden hacer la misma comida, pero el estilo de cada una se notará. Una breve observación puede mostrarnos de inmediato que una persona tímida habla en voz baja, sus movimientos son más bien restringidos, su letra es pequeña, se ríe despacio, etc. En cambio una persona con un gran desplante habla fuerte, sus movimientos son mucho más amplios, se ríe fuerte, y su letra es grande. Una conducta tan habitual como caminar muestra también el estilo de cada cual, lo que permite reconocer a alguien desde lejos tan solo por su forma de caminar, mucho antes de haberle visto el rostro.
Esto es aprovechado por algunos especialistas, por ejemplo policías especializados en estafas, que a través del estilo de escritura pueden determinar con gran confiabilidad quien fue el autor de un cierto escrito que podría ser una adulteración. O en el caso de asesinos en serie, que mantienen siempre un modus operandi. También se ha utilizado para determinar la autoría de obras de arte e incluso de libros, como fue el caso de “Imitación de Cristo”, de cuyo autor se dudaba; fue preciso analizar el estilo del libro para concluir que fue escrito por Tomás de Kempis. Para esto se tomó en cuenta las puntuaciones, el largo de las frases, la proporción entre sustantivos y adjetivos, etc.
El sello personal se da porque existe un núcleo más profundo que es el responsable de nuestras conductas y del estilo de las mismas. Ese núcleo es la personalidad, entendida como la forma consistente y estable de conducirse y reaccionar frente al medio ambiente. La personalidad cambia lentamente, y esto permite que un estilo dure por mucho tiempo. El estilo entonces solamente puede cambiar cuando la personalidad experimenta cambios, salvo en ocasiones especiales, como una ingestión de drogas, un estado alterado de conciencia, etc. Pero en todos estos casos hay una alteración de la personalidad habitual –aunque transitoria- de la persona.
En un estudio bastante interesante, se le mostró a un grupo de universitarios algunas palabras escritas por dos grandes músicos, Beethoven y Bach. Casi todos acertaron cuál letra era de uno y del otro, lo que fue posible porque cada uno de estos músicos tuvo una personalidad bien definida y diferente entre ellos: la fogosidad y la fuerza de Beethoven en comparación con la parsimonia y tranquilidad de Bach. Sin ir más lejos, la letra de familiares o amigos cercanos puede identificarse con facilidad.
El estilo o sello personal escapa al control consciente; en cierto sentido cae dentro de lo que se llama lenguaje gestual o no verbal, y por eso es tan difícil de cambiar o disimular. Un experimento muy sencillo que puede hacerse es firmar tres veces un papel cualquiera. Y luego, de modo consciente, tratar de imitar exactamente una de las firmas. Se comprueba que esto es muy difícil, y que al final de cuentas es preferible firmar de nuevo en forma automática, pues esta nueva firma se parecerá mucho más al modelo original que la imitación consciente.
Para conocer a la gente entonces, no sólo se debe poner atención a lo que hace, sino que normalmente es mucho más importante atender a la forma en que lo hace, es decir a su estilo o sello personal. HBC

26/12/07

Pato Varas en Iquique

Patricio Varas, TERAPEUTA GESTALT (formado en el Esalen Institute de California), Director de la Escuela Chilena de Desarrollo Personal y Terapia Gestalt, y Presidente Honorífico de la Alianza Latinoamericana para el Desarrollo Personal, estuvo en Iquique a fines de Noviembre, para realizar un taller de Gestalt a los alumnos de Psicología de la UNAP. Hace un par de años atrás había estado también en esta ciudad dictando un taller de Desarrollo Personal, abierto a todo público, que contó con unos 70 participantes. Pato Varas se formó en USA, en Esalen, donde mismo había estado Fritz Perls unos años antes. En Chile es el fundador de los movimientos de Desarrollo Personal. A partir de Marzo 2008 comenzará a dirigir un DIPLOMADO EN TERAPIA GESTALT INTEGRATIVA en Iquique.

23/12/07

El Espíritu Navideño

En estos días el espíritu navideño parece inundarlo todo. Podemos ver en todas partes, multitud de adornos que de alguna manera asumimos que representan este "espíritu navideño". Basta con recorrer las calles para ver los negocios, las casas, y las vías públicas, muy ornamentadas. Por lo demás, en diarios y revistas, así como en la televisión, el fenómeno es el mismo.
Pero, ¿que entendemos por espíritu navideño? ¿La ornamentación de la casa, o de locales comerciales? ¿O los adornos que hacen las municipalidades? ¿La compra de regalos? ¿O el gentío y bullicio en la calle? ¿Tal vez tomar harto cola de mono? ¿O escuchar música de villancicos, y ver un arbolito con luces intermitentes rodeado de paquetes y más paquetes de regalo, que todos esperan ansiosos para abrir el 24? ¿O enviar y recibir tarjetas?
Por su parte, cuando la prensa hace alusión al "espíritu navideño" informa que un coro de niños fue a cantar a tal o cual lugar; o que en tal calle se puso un árbol de Navidad gigante, o pone una fotografía con alguien disfrazado de Viejito Pascuero. En suplementos y especialmente en revistas más light, es frecuente encontrar artículos sobre el "espíritu navideño" que se refieren a la forma de adornar la casa, o la manera de disponer la mesa para la cena de Navidad, y multitud de cosas por el estilo. Y por cierto, muchos de ellos vienen con "el dato" del lugar donde se pueden comprar esos adornos o productos.
Pero, ¿es realmente esto el espíritu navideño?
Todo esto debería llamarse ambiente navideño. Porque evidentemente detrás de todas esas manifestaciones no se esconde ningún espíritu, pues si queremos encontrar el espíritu que hay detrás de alguna manifestación o celebración, la vía para hacerlo es muy diferente: se debe lograr cierta actitud o una cierta disposición interna particular. Estas actitudes o disposición interna son por ejemplo cierto recogimiento, o la contemplación, o al menos una actitud de reflexión.
Es imposible permitir que el verdadero espíritu navideño aflore si alguien está "tragado" por el mundo exterior, deslumbrado por todo lo que es rojo y verde y por las luces multicolores.
Por lo tanto, podemos preguntarnos: ¿cuánto de espíritu navideño nos va quedando?
En una encuesta que incluía la pregunta de qué espera para Navidad, casi todas las respuestas estaban relacionadas con las compras. Los niños expresaron sus preferencias sobre los juguetes que querían recibir, y los adultos sobre las cosas que querían comprar. La encuesta no señaló la opinión de comerciantes, pero probablemente hubieran comentado qué y cuánto querían vender. De modo que al parecer, en Navidad la gran mayoría quiere recibir, comprar, o vender.
Parece definitivamente que el verdadero espíritu navideño se ha trastocado. Refiriéndose al tema, el Papa expresó en algún momento: "es la sencillez del pesebre, y no el consumismo, el que representa el verdadero espíritu de la Navidad".
La Navidad pretende conmemorar el nacimiento de Jesús, y estoy seguro de que si El fue capaz de echar a los mercaderes del templo, nos echaría a todos 'para la casa' si viera que hemos transformado "su" fiesta en una gigantesca feria comercial -y globalizada además-, donde todos participamos. Feria por lo demás en la cual -según hemos visto- brilla por su ausencia el verdadero espíritu de Navidad : celebración y alegría, recogimiento, y sencillez.

21/12/07

El caballero de la armadura oxidada

El libro "El caballero de la armadura oxidada", de Robert Fisher, es muy conocido y se han vendido una enorme cantidad de ejemplares. Se comenta que "se trata de una fantasía adulta que simboliza nuestra ascensión por la montaña de la vida. Es una experiencia que expande nuestra mente, que nos llega al corazón y alimenta nuestra alma. El libro nos enseña, de una forma muy amena, que debemos liberarnos de las barreras que nos impiden conocernos y amarnos a nosotros mismos para poder, a su vez, ser capaces de dar y recibir amor". En realidad creo que se le atribuyen méritos excesivos al libro en los comentarios citados. Pero así y todo es un libro valioso, que lo recomiendo a algunas personas, especialmente gente con muchas inhibiciones emocionales, muy coartados en su expresión emocional, pues he podido comprobar que su lectura ha facilitado en parte la comprensión de sus dificultades y ha sido un aliciente para superarlas. Más que libro es un cuento de unas 30 páginas, de lectura amena, entretenido, y fácil de encontrar. Ver texto.

EL BARDO

Nuestro diccionario oficial (RAE) define “bardo” como “poeta de los antiguos celtas”, y por extensión, en general cualquier clase de poeta. No aparece la otra definición de “bardo”, que es –según el budismo tibetano- el estado intermedio entre muerte y renacimiento. Tampoco a nivel del público general es conocido este supuesto fenómeno.
Al morir –siempre según la tradición lamaísta- la conciencia entra en el bardo, que dura unos cuarenta y nueve días antes de renacer; este renacimiento (reencarnación más bien) puede ser como ser humano nuevamente, pero también se puede nacer en un nivel inferior, como animal por ejemplo, lo cual dependerá de cuánto se haya perfeccionado espiritualmente la persona en su vida terrenal.
El estado del bardo se da en un cuerpo sutil, como si se flotara en un espacio, y en un estado de gran paz. Es un momento importante, ya que la conciencia (o el alma podríamos decir) debe pensar en su próxima vida y plantearse un “proyecto kármico”, es decir definir cuál será su objetivo en la Tierra en su próxima reencarnación. Previo a esto la persona hace un análisis de sus vidas anteriores, que recuerda nítidamente, y realiza una especie de juicio sobre su evolución espiritual en cada una de ellas. Esto es interesante, porque significa que el alma en cierta medida elige dónde nacer y el propósito que tendrá en su nueva vida. Este propósito se relaciona con la superación de algún defecto importante. Para uno puede ser aprender a perdonar, para otro aprender a relacionarse mejor con los demás, y para otro aprender a controlar su ira. Si la misión se logra, la próxima reencarnación será en un estado superior al actual, y así sucesivamente, hasta llegar a la liberación total.
Al nacer, y por alguna razón, se olvidan las vidas anteriores, y se olvida también el proyecto kármico que se planteó en el bardo. Este proyecto se debe ir descubriendo paulatinamente, y significa un trabajo arduo consigo mismo. En todo caso el proyecto kármico nunca es venir a ser feliz a la existencia terrestre, sino venir a superar los defectos, aunque esto le signifique a la persona elegir una vida con muchas dificultades, adversidades, tristezas, tribulaciones, etc.
El estado del bardo fue conocido en occidente solamente a través de un antiguo texto, el Libro Tibetano de los Muertos. Este libro describe el estado del bardo, y trae una serie de rituales, consejos y oraciones que se leen a un moribundo o a quien acaba de morir. Esto le ayuda a entender dónde se encuentra –el bardo-, los peligros que pueden acecharle y a clarificar sus objetivos.
Por cierto, todo esto puede parecer mera especulación. Pero es interesante consignar que hay psiquiatras que han investigado este fenómeno mediante la hipnosis, y han descubierto que hay un porcentaje de personas que pueden revivir la etapa del bardo durante el trance hipnótico. Esto se parece bastante a las conocidas regresiones hipnóticas, pero en lugar de ir a una vida anterior, la persona se va al estado “entrevidas”. Tiene también cierta relación y parecido –y también diferencias importantes- con la famosa experiencia del túnel, que viven algunas personas que son declaradas clínicamente muertas pero logran revivir mediante esfuerzos médicos.
¿Es realidad el estado del bardo, o se trata de una experiencia básicamente cerebral, en donde se activan ciertas partes del cerebro que producen la experiencia? Es pronto para decirlo. Lo importante es tener una apertura mental que nos permita abrirnos a nuevas ideas y posibilidades, cuyo análisis nos vaya acercando a una mayor comprensión de la vida y sus misterios. En el siguiente link pueden encontrar el texto del Libro Tibetano de los Muertos, aunque no puedo dar fe de su exactitud: ver libro.

Certero pensamiento de Lao Tse

Cuando un sabio verdadero oye hablar del Tao
Con diligencia conforma a él su vida
Cuando un sabio a medias oye hablar del Tao
Ora lo conserva ora lo pierde.
Cuando un sabio de rango inferior oye hablar del Tao
Estalla en sonoras carcajadas.
Si el hombre inferior no se riera a carcajadas
Ciertamente no se trataría del Tao.

Epigrama XLI - Tao Te King
Lao Tse

17/12/07

COINCIDENCIA INCREIBLE con El Peregrino Ruso

Hoy haré una excepción, y en lugar de escribir un artículo relataré una coincidencia increíble que me ocurrió hace unos días. Es un caso de sincronicidad, como diría Jung. Hace muchos años atrás -quizás unos 10 años- presté un libro mío de título "El Peregrino Ruso" a un amigo. No me lo devolvió y lamentablemente yo tampoco recordé a quién se lo había prestado.
Este libro es una joya espiritual, es escaso, y traté en vano durante bastante tiempo de recordar a quién se lo había prestado, pero no lo logré. Así que hace unos cinco años tuve que comprar de nuevo el texto, pero en una edición barata, que me dejó desconforme porque tenía exceso de errores ortográficos. Además, en el primero yo había hecho algunos subrayados, lo cual hacía más valioso el libro para mí.
El libro en cuestión a mí me gustó muchísimo, me había costado bastante conseguirlo (tuve que encargarlo), y me llevó a meditar mucho en algunos tópicos de los cuales trata este libro. En fin, un libro muy hermoso, con mucho significado para mi, que me costó conseguir ….y lo perdí por prestarlo.
¿Y qué piensan de lo que les voy a contar? Hace una semana, en la plaza Condell había una feria de venta de libros nuevos y usados. Me detuve a mirar… y ahí estaba "El Peregrino Ruso", usado y ajado, de tapa verde. Recordé el mío y lo pedí al vendedor. Mi intuición ya estaba funcionando, así que lo empecé a hojear 'medio desesperado', pensando que podría ser el mío. Tenía algunos subrayados, pero con destacador, así que no era seguro todavía que fuera el mío, ya que normalmente uso lápiz pasta para subrayar.
Seguí hojeando, hasta que descubrí anotaciones con mi letra……¡Era el mío¡ Le pregunté al vendedor a cuánto estaba, y me dijo a mil pesos, así que lo compré de inmediato. Le pregunté si es que recordaba quién se lo había vendido a él. Me dijo que no recordaba, pero no sé si será cierto -lo cual es posible- o quiso proteger a quien se lo vendió (mi ex amigo). Lo importante es que lo "recuperé", y eso me puso muy contento. Este episodio me lleva a algunas pequeñas reflexiones.
1.- En primer lugar, no prestar libros. Pero como tampoco se trata de ser egoísta, me autoimpuse la siguiente regla: sólo presto un libro cuando me lo piden por segunda vez. A la primera me hago "el tonto" y doy cualquier excusa. Solo si me insisten -lo cual significa un interés real-, lo presto (y ahora anoto a quién).
2.- Segunda reflexión: la frase bíblica "busca y encontrarás" es cierta. Pero este Buscar no debe ser meramente intelectual, sino tiene que ser "emocional" o bien estar involucrado el ser de uno mismo. Por eso, cuando en la vida deseas algo "con todo tu ser", ese algo llega. Puede ser una respuesta, encontrar a cierta persona, concretar un proyecto, etc. Esta habilidad también puede desarrollarse con cierto trabajo interior.
3.- Tercera reflexión: a mi me gustan mucho los libros. Tengo un vínculo emocional fuerte con ellos. Ya en otra oportunidad, cuando tenía como 20 años, me sucedió otra coincidencia increíble con un libro. Este lazo emocional produce algo así como una telepatía con lo que uno quiere. Y yo creo que esta telepatía se puso en práctica justo ahora. Pero esta telepatía no es producto de la mente, sino "del corazón".
4.- Cuarta reflexión: respetar las diferencias individuales. Si bien para mí el libro tenía una significación especial, obviamente para mi ex-amigo no la tuvo. Lo que para uno es un tesoro, para el otro es aburrimiento, lata o hasta "basura".
En fin, el episodio fue muy bueno, me dio alegría, y recuperé un libro que jamás pensé recuperar. Si a alguien le interesa se lo ofrezco (Ja Ja Ja), pero no el mío. Ahora pueden bajarlo (y gratis) de Internet. Publicado el Sábado 31 de mayo de 2003, en el diario "La Estrella" de Iquique, Chile

LOS MAS GRANDES GENIOS DE LA HUMANIDAD Y SU CI


Por muy atrás que dirijamos la vista, a lo largo de toda la historia ha habido genios que han hecho un aporte significativo a la humanidad. Ya en Grecia resaltaron figuras señeras, como Platón, Aristóteles, y Pitágoras, para citar solo ejemplos por todos conocidos.
¿Qué hace al genio? La psicología ha intentado responder esta pregunta hace ya muchos años, y aunque hay teorías interesantes, todavía falta mucho por averiguar. El primer avance en la comprensión de la genialidad se produjo cuando se crearon los tests de inteligencia, que medían el famoso coeficiente intelectual (CI). Una persona normal tiene un coeficiente intelectual de 100 puntos, poco más, poco menos. Ese es el promedio. De acuerdo a esto, se consideró entonces que el nivel de genio se da cuando se encuentra un coeficiente intelectual de 140 o más.
Hoy en día el concepto de genio está más restringido, y en general los psicólogos consideran genio a una persona que además de tener un coeficiente intelectual mayor de 140, hace algún aporte a la humanidad.
Basándose en los aportes que han hecho a la humanidad algunas figuras históricas, una psicóloga norteamericana realizó hace unos años un estudio de personajes históricos para calcular su CI. Puesto que eran personajes históricos y no se les podía pasar un test de inteligencia, eligió a personajes que tuvieran una biografía completa, que permitiera estudiar su vida, su obra y sus habilidades mentales con todo detalle.
Quien ocupó el primer lugar en su estudio fue Goethe, el poeta alemán. Goethe obtuvo un CI de 210 puntos, es decir, duplicó lo normal. El segundo personaje fue Newton, con un CI de 190 puntos. En realidad este científico está considerado como el mayor científico del mundo, más que Einstein. Con el mismo coeficiente que Newton -190- salió Voltaire. El tercer lugar lo ocupó Galileo, con un CI de 185. El cuarto lugar, muy cercano, con un CI de 180, lo ocuparon dos grandes personajes: Leonardo da Vinci y René Descartes. Un ejemplo notable, con un CI levemente menor que los anteriores, lo obtuvo un genio de la música: Mozart. Este músico compuso sus primeras obras cuando tenía cerca de cinco años. Ya a los seis años tocaba tres instrumentos musicales.
Otros personajes que abarcó la investigación fueron Kant, el filósofo, con un CI de 175. Franklin con 160, Napoleón con 145 y Washington con 140. En nuestra época, el astronauta que puso el primer pie en la Luna, Neil Armstrong, fue medido en forma rigurosa con los más sofisticados test de inteligencia por la Nasa. Obtuvo un CI de 139, o sea prácticamente un genio. Esta fue precisamente la razón por la cual la agencia espacial lo designó para esa delicada misión.
Hoy en día parece claro que para que aparezca la genialidad deben darse ciertas condiciones. En primer lugar debe existir una dotación genética. Y en segundo lugar, tienen que darse las condiciones medioambientales, especialmente en la niñez, para que el genio pueda poner en ejecución su talento. De lo contrario la genialidad -o cualquier talento especial- puede atrofiarse o perderse.
Si bien lo genético no puede modificarse, en cambio sí se puede actuar sobre el medio ambiente, proporcionando a los niños un ambiente rico en estímulos, tanto en el hogar como en los jardines infantiles, que potencie su CI y les permita desarrollar la genialidad o algún talento hasta donde se pueda.

3/12/07

CONÓCETE A TI MISMO

Inscrito en el frontis del templo de Delfos, en Grecia, el aforismo "Conócete a ti mismo" ha traspasado los siglos para llegar a nosotros.
Aunque no era el único aforismo en ese lugar, es el que evidentemente tuvo mayor trascendencia. Tenía como propósito hacer reflexionar sobre sí mismo, de una forma profunda, a quien acudía al lugar.
Conocerse a sí mismo no es fácil, pues se va cambiando con el tiempo; además no siempre se actúa de la misma forma, pues la conducta depende también del contexto. Y por último, se dificulta el conocerse a sí mismo porque implica una serie de aspectos; por ejemplo las capacidades intelectuales, los rasgos de personalidad, las principales motivaciones que nos impulsan a actuar, las emociones que dominan la vida, los miedos, las actitudes, los prejuicios, los intereses, etc.
Conocerse a sí mismo es parte integrante e importante de la madurez. Si observamos a un niño en un acto tan simple como pedir que le sirvan la comida en su plato, jamás logra determinar cuánto deben servirle. Pedirá más de lo que puede comer, y dejará las consabidas sobras. En un adulto maduro no vemos esto. Toda persona madura tiene cierto conocimiento de sí misma. Pero un adulto inmaduro, a semejanza del niño, nunca tendrá claros sus límites porque no se conoce a sí mismo.
Hay muchas razones que justifican conocerse a sí mismo. En primer lugar es muy importante al momento de tomar decisiones. Esto se hace evidente ya en la adolescencia, cuando el joven debe tomar una decisión vocacional, y no sabe qué carrera seguir porque no se conoce lo suficiente. Después, en la adultez, en todo momento es importante conocerse, porque cada cual debe saber cuáles son las fortalezas y debilidades que posee para enfrentar la vida.
Cuando se emprende un estudio, ocurre un cambio de trabajo, o se toma la decisión de ser independiente, hay muchas más opciones de éxito si la persona se conoce. Y por último, para saber qué aspectos personales superar para crecer más.
Cosa interesante, el conocimiento de sí mismo se desarrolla en forma paralela al conocimiento de los demás. Cuando una persona se conoce puede conocer a los demás. Esto explica por qué hay personas que sin ser psicólogos tienen sin embargo un conocimiento intuitivo bastante acertado de los demás. He conocido jefes de recursos humanos cuya madurez y autoconocimiento les permitía conocer muy certeramente el perfil de los postulantes a un empleo, a través de una buena entrevista. Lo mismo ocurre con las buenas profesoras, que siempre tienen una visión acertada de sus alumnos.
Hay varias maneras de profundizar el conocimiento de sí mismo. La que más se utiliza es la introspección, esto es, hacerse un autoanálisis. Sin embargo es la menos eficaz, porque con mucha frecuencia nos engañamos a nosotros mismos. Otra manera bastante mejor es estar "bien conectado" a sí mismo, por ejemplo sintiendo las emociones que nos invaden. Un recuento, al acostare, repasando las actividades del día, es también una muy buena práctica; en ese momento no solamente se recuerda lo que se hizo, sino cómo se sintió, que acciones positivas y negativas realizó, etc. El feedback, es decir escuchar la opinión o imagen que los demás tienen de nosotros, es un excelente sistema. La meditación, por último, es también una magnífica técnica, que por desgracia se utiliza muy poco.
El imperativo socrático "Conócete a ti mismo" parece ser compartido por todos los grandes sabios. En la lejana China, en la misma época que los griegos lo escribieron en su templo, Lao Tsé, autor del Tao Te King, libro de sabiduría china, escribía: "Quien conoce a los hombres es sabio; quien se conoce a sí mismo es un iluminado". HBC

27/11/07

Cáncer y emociones: teoría del Dr. Hamer

El Dr. Hamer plantea una interesante teoría sobre el origen de algunos cánceres. Cuando ocurre una emoción muy fuerte y negativa, un shock, y la persona no logra exteriorizar su emoción, ésta produce un daño en el organismo, que puede ser un cáncer. Típicamente parecería que el Ca aparece unos seis meses después de la situación traumática. En Chile hay también un interesante estudio de una psicóloga -Jenifer Midletton- que coincide en gran medida con los descubrimientos del Dr. Hamer; ella plantea que hay un perfil de personalidad en las personas que hacen un Ca. Creo que nos estamos acercando lentamente a lograr una comprensión más completa del ser humano, con una visión más integrada, en donde mente y cuerpo son dos caras de la misma moneda. Encontrará más información sobre estos tópicos y sobre medicina complementaria en un interesante blog de un médico. Para una página directa con la teoría del Dr. Hamer, aquí. Muy buena.

Diaporama "EL PRINCIPITO"

Se trata de una adaptación libre de "El Principito", presentado como diaporama, con música. El texto, además de tener una doble lectura, tiene una "magia" especial que logra cautivar tanto a adultos como a niños, y que lo ha mantenido vigente por tantos años. Con un lenguaje muy simple, casi ingenuo, muestra valores y principios universales. Pero más que hablar del Principito, véalo si es que le gusta. Ver diaporama.

23/11/07

La Energía de las Emociones

Si observamos nuestra vida en una visión retrospectiva, podremos darnos cuenta de que los triunfos y éxitos que hemos tenido han sido siempre producto de alguna emoción. O bien producto de una fuerte motivación, que es casi lo mismo. Son la emoción y la motivación las que dan la fuerza para luchar y conseguir un objetivo.
Las emociones son las que aportan la energía a la vida humana. Toda emoción es un generador de energía. Por lo demás, la etimología misma de la palabra lo dice, ya que emoción viene de “motor”; lo mismo ocurre con motivación, que tiene la misma raíz. Esto nos muestra que en el fondo, desde antiguo se ha sabido intuitivamente que las emociones son el motor que mueve a los seres humanos.
Toda emoción es energía, porque toda emoción es una respuesta del organismo para actuar frente a algo. Así, el miedo genera la energía suficiente para huir frente a una amenaza. La rabia es increíblemente poderosa; en forma de odio por ejemplo -que es su máxima expresión-, puede llevar al crimen, a la guerra, etc. Los celos pueden tener a una mujer despierta toda una noche. Y el amor puede hacer que una persona enamorada pueda viajar miles de kilómetros, o esperar horas interminables bajo la lluvia para ver a quien ama. Una vergüenza frente a un grupo social puede llevar a esa persona a evitar por años volver al mismo grupo, aunque lo desee con todas sus ganas. Y un amor altruista puede llevar al sacrificio personal.
En casos extremos, el amor maternal genera proezas increíbles. Una mujer cuyo hijo había quedado atrapado debajo de un auto, tuvo la fuerza para levantar el vehículo y sacar a su hijo. Cuando le pidieron que lo intentara nuevamente, ni siquiera lo movió. Durante un incendio un dueño de casa sacó el refrigerador para salvarlo; al día siguiente se necesitaron tres personas para volver a entrarlo.
Aquellas personas que tienen poca energía, que son apáticas, son precisamente personas que tienen poca emocionalidad. Nunca se motivan, no se alegran ni “vibran” con nada, y son apagadas. Puede que sean inteligentes y les vaya relativamente bien en la vida, pero nunca han vivido de verdad. Hay también personas extremadamente racionales, que no dan cabida en su vida a las emociones, y tarde o temprano tienen problemas.
Opuestamente, hay también quienes tienen un exceso de emocionalidad, y muestran gran energía, pero sin saber manejarla o canalizarla adecuadamente. Estas personas son como autos con un gran motor, pero sin un buen volante. Suelen no tener contención, y no discriminan hacia dónde proyectarse. Al final, pese a esa gran energía que les dan sus emociones, no logran nada concreto en la vida.
Por curioso que sea, siendo las emociones tan importantes, pues son las que entregan la energía a la vida, son todavía muy poco comprendidas, y, peor aún, nunca se nos ha enseñado a manejarlas. Por eso a veces causan tantos problemas, y por eso también es tan importante el concepto de inteligencia emocional que se ha popularizado últimamente. Este concepto clarifica varias cosas, empezando por restablecer la verdadera importancia y el papel de las emociones en la vida, mostrándonos la falacia que significa considerar al hombre como un ser solamente racional.
La vida sin emociones estaría vacía. No habría alegría, amor, contento… seríamos robots. Muy programados, efectivos y eficaces, no cometeríamos errores, y seríamos quizás muy hacendosos. Pero no solamente no tendríamos energía personal, sino tampoco fuerza, vida ni “alma”. Más sobre EMOCIONES en el diaporama.

14/10/07

Jesuitas y el I Ching

No en vano los jesuitas son considerados por muchos como los miembros mejor preparados de la Iglesia. Al parecer siempre han mostrado una gran apertura; son quienes se abrieron al estudio del Eneagrama, incursionaron en Esalen, y esta sorprendente fotografía muestra que ya hace siglos eran capaces de integrar y valorar nuevas ideas y cosmovisiones del mundo. Copio a continuación literalmente lo que dice la página en que encontré esta foto: "De forma coetánea a la fecha de construcción de la Basílica Pilar, siglo XVll - XVIII, (el día del Apóstol Santiago del año 1681 se puso la piedra fundacional del nuevo Templo), se despliega la influencia de la Compañía de Jesús en China, y sus intentos de traducción de los conceptos Metafísicos, Religiosos, Cosmológicos, con los consiguientes intercambios culturales. El hexagrama que se ve en la figura,llamado Wei-chi, está formado por los dos trigramas axiales llamados «Li» y «K’an», y lo podemos ver sesenta y cuatro veces repetido en la Basílica. Se puede decir que son los únicos vestigios de simbolismo taoísta en un templo occidental, símbolos con significado polisémico, esencialmente cosmológico y alquímico".
En la tradición Taoista este hexagrama representa la unión del Cielo y la Tierra, el espíritu y la materia, el azufre y el plomo, el Sol y la Luna, el fuego y el agua. WEI CHI - Antes de la consumación. Momento de estancamiento, aprende de la situación. Deja fluir los acontecimientos, no pongas obstaculos.

Figuras 3D

Hace un par de años atrás se hicieron conocidas las figuras 3D, que muestran en apariencia una pintura en colores tipo género o tapiz, pero que para quien "sabe ver" presentan una figura en tres dimensiones, con profunidad. Estas figuras se conocían dsde hace tiempo, pero la tecnología computacional permitió que se pudieran crear en forma muy fácil. Físicamente, están basadas en la separación de los ojos. Los ojos tienen una separación de unos 7 cm, y esto permite la visión en profundidad o estereoscópica. Por lo tanto, para quien haya perdidio la visión de un ojo, le será imposible detectar y medir profunidad; lógicamente no puede conducir vehículos. Para ver por tanto estas figuras, ambos ojos deben tener una visión normal, pero además es necesaria ua dimensión psicológica. Hay personas que observan mucho tiempo las figuras 3D y jamás pueden verlas. Es necesario por lo tanto cierta flexibilidad cognitiva, en otras palabras, ser capaz de ver las cosas desde otro ánguilo. Esta es la base también de la empatía. La figura que se muestra puede ser vista perfectamente si Ud. sabe hacerlo. Si llevamos esto a un plano simbólico, podríamos decir que a veces podemos estar frente a la verdad y no ser capaces de verla.

13/10/07

EL POTENCIAL HUMANO

Se ha repetido muchas veces, casi diríamos con insistencia, en que el ser humano ocupa una ínfima parte de su potencial.
Si bien se tiende a pensar y circunscribir el potencial solamente a lo intelectual, la verdad es que es mucho más que eso; el potencial se puede desarrollar a través de la inteligencia, pero también del arte, de la comunicación, del desarrollo personal, del trabajo, de echar a andar la capacidad de perdón, y a través de miles de otras formas.
Ejemplos son muchos; perdón, miles. La historia de las ciencias y las artes nos da numerosísimos ejemplos. Veamos: Mozart compuso su primera obra antes de los cinco años. En el campo de la ciencia, Julio Verne, Minkowsli, Albirudi, Da Vinci y otros, se adelantaron en siglos a su época.
He tenido la suerte de conocer personas que se han atrevido a sacar su potencial: una dama ariqueña de 62 años, que jamás en su vida había tomado un pincel, ingresó a un curso de pintura. Una joven que, teniendo dislexia, empezó a aprender chino sin ninguna ayuda. Una mamá casi cincuentona, que jamás había trabajado, y pese al pánico que sentía, se atrevió a hacerlo.
Resultados: la dama ariqueña expuso y vendió algunos cuadros, un año después. La joven con dislexia ahora habla y lee chino, y fue invitada a Taiwán porque se interesaron en su caso. La mamá cincuentona se siente muy orgullosa porque gracias a ella sus dos hijos pudieron seguir estudios en la Universidad, ya que el presupuesto familiar no alcanzaba.
El asunto no es en realidad ver qué tanto potencial tenemos, sino mas bien darnos cuenta de qué cosas nos frenan para actualizar este potencial. Esos frenos están siempre adentro. Algunos frenos o factores internos que nos impiden sacar nuestro potencial pueden ser: miedos, indecisiones, baja autoestima, temor al cambio, miedo al ridículo, temor al fracaso, etc. ¿Y qué hacer?: bueno, tomar conciencia de este hecho, observar las trabas o miedos internos y vencerlos. En una palabra: atreverse.
Gabriela Mistral lo dijo: “todas íbamos ser reinas”. También alguien dijo: “y seréis como dioses”. Pero,¿cuántos realmente se atreven a intentar ser reinas o dioses?. El temor y la pereza nos paralizan.
Los casos que comentaba más arriba son tres pequeños héroes. Nos muestran que todos tenemos el potencial adentro. Su vecino, sus hijos, y usted mismo. Elija entonces: guardar sus sueños para otra vida, o atreverse a ser un pequeño héroe ahora. HBC

Tributo a Gurdjieff



Escenas únicas que alguien filmó, y que corresponden a Gurdjieff y su grupo, en París. Es una verdadera joya.

Encuentros con hombres notables



Extraordinarias escenas de la memorable pelicula "Encuentros don hombres notables", que narra una parte de la historia de Gurdjieff. Concretamente, nos muestra cuando llega al monasterio Sarmung, y toma contacto con estas danzas. Las danzas sagradas tiene como propósito trabajar con las energías personales; vienen desde tiempo inmemorial.

EL ENEAGRAMA

Definida la personalidad en su forma más simple como “la manera predominante de reaccionar y actuar de una persona”, tienen tantas facetas que no es fácil estudiarla. Junto con su estudio, los psicólogos han pretendido también desde hace mucho tiempo clasificarla. Hay varias formas de hacerlo, varias tipologías. Quizás la más conocida – porque está integrada a la vida cotidiana – es dividir a las personas como extravertidos e introvertidos. Pero hay muchas más.
Dentro de todas las clasificaciones que hay de la personalidad, no todas vienen de la moderna psicología. Así, nos encontramos por Ej. con una clasificación llamada “el eneagrama”, que se ha ido poniendo muy de moda, especialmente ente los buscadores de la “new age”.
El eneagrama clasifica a las personas en nueve tipos, pero no les da nombre sino número, para evitar etiquetar a las personas. Se cree que se originó hace unos dos mil años, en el medio Oriente, pero solo recientemente ha sido conocida en Occidente. Los nueve tipos que define el eneagrama son los que se comentan a continuación.
El número uno: son aquellas personas perfeccionistas, críticas de sí mismo y de los demás. Están convencidos de que existe una sola forma correcta de hacer las cosas. Las personas número dos son aquellas que siempre están preocupadas de descubrir las necesidades de los demás. Dan mucho de sí mismas, pero también son orgullosas y exigen aprobación y afecto.
Los del número tres son personas que buscan ser queridas por su rendimiento y logros. Son competitivos y muy preocupados con la imagen de triunfador y del éxito. Viven su vida muy basados en las apariencias.
Los que presentan una “personalidad cuatro” son personas románticas, muchas veces atraídas por lo inaccesible; el ideal está presente en el aquí y el ahora.
Los número cinco son aquellas personas que mantienen una distancia emocional con los demás. Protegen su intimidad, no se conectan, y tienen poca empatía.
Las personas seis son los dudosos, les cuesta actuar, y siempre piensan en vez de actuar. Por otra parte son leales, obedientes, les gusta identificarse con las causas.
Los número siete son aquellos que están movidos por el placer. Son “gozadores”, les gusta conversar, buscan el placer y evitan el dolor. Suelen ser simpáticos, aventureros pero evasivos del compromiso y de los límites. Los que tienen personalidad ocho disfrutan del control y el mando; les gusta mandar. Y finalmente los número nueve son personas ambivalentes, que ven todos los puntos de vista en un problema, y nunca quieren enemistarse con nadie.
Cada tipo de personalidad tiene fortalezas y debilidades, y también niveles de desarrollo. He presentado lo esencial, pero el eneagrama es mucho más que esto, porque también es todo un sistema de desarrollo personal, lo cual constituye precisamente uno de sus méritos. Para trabajarlo uno debe saber primero “qué número es”, y luego tratar de superar las trancas o rollos que están asociadas a su tipo de personalidad.

5/10/07

El Arbol Sagrado

"Para todos los pueblos de la Tierra el Creador ha plantado un Arbol Sagrado, para que se junten bajo su sombra. Es aquí donde la gente encuentra la sanación, el poder, la sabiduría y la seguridad…."
Hermoso principio de un no menos bello libro, "El Arbol Sagrado". Este pequeño libro surgió como un manual de espiritualidad de los indios norteamericanos, el año 95. Después de constatar que su juventud estaba cada día más alcoholizada y drogada, las tribus de indios norteamericanos decidieron hacer un Gran Consejo para analizar este problema y buscar soluciones.
Uno de los resultados de ese consejo fue este hermoso manual. En él se utilizó un gran símbolo universal como es el árbol, para intentar dar un sentido a la vida de tantos jóvenes indígenas que habían perdido su rumbo. El libro recoge la tradición de los pueblos indígenas norteamericanos, en un lenguaje comprensible, poético, respetando incluso lo místico y lo esotérico, y con un lenguaje actualizado. Se editó para que la juventud lo lea y no olvide las tradiciones ni la sabiduría ancestral indígena, y a la vez tenga ante sí misma el trazado de un camino de desarrollo personal. Simbólicamente, el Arbol Sagrado representa la vida, los ciclos, la Tierra y el universo, y tiene cuatro grandes sentidos.
El primer gran sentido simbólico del árbol sagrado es la protección, en varios aspectos. Por ejemplo su sombra protege del sol. También entrega madera para construir el hogar y hacer leña; y su corteza representa la protección frente al mundo exterior.
El segundo sentido es el alimento, ya que el árbol entrega alimentos que permiten vivir y crecer. También simboliza el alimento que una madre da a sus hijos. Pero el sentido más profundo del alimento -dice el texto- es lo que recibimos de la gente y el mundo que nos rodea, ya que aprendemos y crecemos en la medida en que nos relacionamos con los demás seres humanos.
El tercer sentido del árbol es el crecimiento. Este sentido señala simbólicamente cuán importante es buscar en la vida a las personas y cosas que nos ayudan a crecer y a desarrollarnos. El lento crecimiento del árbol representa la necesidad de vida interior que toda persona en algún momento de su existencia descubre.
Y el cuarto sentido es la plenitud. A través de este principio se aprende que todos los aspectos de la creación son una unidad, un todo. Y por lo tanto, la unidad e integridad interna se alcanza cuando se logran entender y conciliar las contradicciones internas; de ahí deriva el equilibrio. Al alcanzar esta etapa, se logra un desarrollo humano completo, precisamente a través de la unidad interior y con los demás. La plenitud -dice el libro- es una cualidad con que nacemos, pero a veces tenemos experiencias que la destruyen. Si nos han herido y estamos "desintegrados", hay que recuperar la integridad, lo que se puede hacer por medio de los procesos naturales de sanación y las enseñanzas espirituales del Arbol Sagrado.
El libro muestra que el ser humano tiene una doble naturaleza: es físico y espiritual a la vez. También posee dones que no conoce, pero éstos no le llegan solos; debe esforzarse por conseguirlos, lo cual se logra a través del esfuerzo y especialmente de la voluntad, elemento este último imprescindible en el "camino"…
En fin, un texto muy edificante, de fácil lectura, que muestra un camino de sabiduría y desarrollo personal, y que tiene muchas similitudes con una serie de otras grandes tradiciones espirituales de la humanidad. HBC (Continuar II parte, "La Rueda Sagrada")

INICIACIÓN

Por iniciación se entiende en general el ingreso de una persona a otra etapa o estado de la vida. Consiste en una ceremonia, que requiere cierta preparación, y la iniciación misma se lleva a cabo con algún tipo de rito. Quien se inicia pasa así a un nuevo estado, sea éste cultural, religioso, o social.
Quizás el rito de iniciación más universal y conocido es el que los pueblos "primitivos" acostumbran llevar a cabo cuando un muchacho o muchacha llega a la pubertad. Muchas veces estos ritos de iniciación incluyen pruebas de resistencia al dolor.
De esta forma, algunas culturas imponían a los púberes algún tipo de prueba de valor como cazar una fiera o soportar el dolor físico. Además, normalmente el joven es separado de su familia por algunos días, y los ancianos o chamanes le enseñan una serie de prácticas, ritos, creencias, formas de comportamiento sexual, secretos que deberá guardar para siempre, los mitos de la tribu y su explicación, etc. Esta es en general la parte más importante de la ceremonia, ya que se recibe una valiosa instrucción que convierte al joven en un adulto útil. Estos conocimientos a su vez, los volverá a transmitir a sus descendientes, y así sucesivamente.
Durante la ceremonia misma, se produce un rompimiento con la forma de vida anterior, que puede ser simbolizada por el corte del cabello, ciertos cambios en el vestido, bautismo, separación de hombres y mujeres por un tiempo en lugares especiales, tatuajes, adopción de un nuevo nombre, etc.
En casi todos los países se encuentran también iniciaciones parecidas: los jóvenes hindúes de las castas superiores reciben el cordón sagrado durante la iniciación; los púberes parsis se visten de camisa y pantalón. En educación, cuando alguien recibe un grado académico, pasa a formar parte de un nuevo grupo. En las religiones, los jóvenes católicos y protestantes son confirmados. Estas ceremonias han sido transmitidas durante muchísimas generaciones, y forman parte de la cultura de una sociedad o grupo en particular.
Aunque parezcan ritos de sociedades lejanas o antiguas, en nuestra misma cultura todavía persisten vestigios de ceremonias de iniciación de púberes. Un ejemplo de ello es el "ingreso a la sociedad" de las muchachas, cuando cumplen quince años. Se hace una fiesta, se la viste como "grande", etc., y desde ese momento ya es una mujercita que puede pololear y más adelante concebir. Años atrás con los muchachos existía algo parecido, cuando era llevado por primera vez a un prostíbulo por su padre o un familiar cercano, "para que se haga hombre".
Sin embargo en ambos casos se ha perdido lo esencial de una iniciación, que es la instrucción que reciben los púberes.
Los ritos de iniciación tienen un sentido muy claro: marcan una diferencia entre estar adentro y estar afuera de un grupo determinado, y esta distinción cumple a su vez la función de redefinir una nueva identidad. Después de la iniciación ya no se es la misma persona.
En el mundo antiguo existían además otras formas de iniciación, que se podrían llamar esotéricas, pues estaban limitadas a un pequeño grupo de elegidos. Dado que eran ceremonias secretas, no es mucho lo que se sabe de ellas. Ejemplo de esto fueron las religiones de misterios (Eleusis, Culto de Atis, de Mitra, etc.), en donde los sacerdotes iniciaban a sus neófitos con cierto tipo de bautismo, la presentación y esclarecimiento de sus símbolos sagrados, una explicación de la divinidad y el sentido de una serie de misterios. HBC

El Recogimiento

En fiestas como éstas, de tanta significación para el mundo cristiano, es bueno detenerse algunos instantes a meditar en la forma en que se practica o se lleva a cabo el culto y los ritos, ya que esto debe llevarse de acuerdo a ciertas formas y con ciertas actitudes psicológicas.
En la liturgia por ejemplo, podemos preguntarnos cuál es la actitud adecuada que se debe tener. Además del respeto y de la alegría que debería sentirse por acudir al contacto con la divinidad, quizás lo más importante sea la actitud de recogimiento.
Recogerse es una palabra que viene de recoger, es decir volver a coger (tomar algo). Si seguimos la pista etimológica de la palabra "recoger", su significado más profundo es "volver a juntar o reunir". Pero, ¿volver a juntar o reunir qué?
Quizás al aplicarlo al mundo de la religión, podría interpretarse como volver a juntar el alma con Dios. O quizás el alma consigo misma, que estaba perdida en el mundo externo, con los mil y un problemas que toda persona debe resolver a diario. El recogimiento es una actitud de retraimiento del mundo externo, generalmente momentánea o pasajera, que consiste en volcarse hacia sí mismo y prepararse para algo. Puesto que el recogimiento no se da solamente en el ámbito religioso, su significación es en todo caso más abarcativa. Por ej., puede haber ciertos acontecimientos en la vida que lleven a la persona a "recogerse", como una manera de tener una mirada distinta del mundo. Otro ejemplo es un "retiro" espiritual.
Recogerse es entonces retraerse del mundo exterior para dirigir la mirada hacia sí mismo y hacia Dios. Es como "irse para adentro", en un contacto fuerte y completo consigo mismo, y es hacer internamente un espacio para lo divino. No puede haber recogimiento si se está en presencia de muchos elementos distractores. Por eso, la actitud adecuada cuando se ingresa a un templo -de cualquier religión-, es el recogimiento. Es una muestra también de humildad. Gran parte de esto se ha ido perdiendo, y puede observarse que la mayoría de los fieles permanecen dentro del templo más preocupados por lo externo y lo que los rodeas antes que del contacto con lo divino o su propio interior.
En el verano me tocó pasar por un pueblo en el cual había un sacerdote que no permitía niños ni guaguas en la misa. Por supuesto, todos lo criticaban por esta causa, y querían que fuera destinado lo más pronto posible a otra localidad. Sin embargo, es psicológicamente imposible el recogimiento con la agitación que producen los niños corriendo o las guaguas llorando.
Pero no en todas partes puede haber recogimiento; en el mundo del día a día, donde deben enfrentarse tantas situaciones cotidianas y tomar decisiones, es desde luego imposible una actitud de recogimiento; y peor aún, sería hasta perjudicial. Por eso hay momentos para el recogimiento, como precisamente cuando se acude a un templo, o cuando se necesita meditar sobre algún aspecto importante de la vida personal.
Es del todo imposible orar o meditar verdaderamente sin una actitud de recogimiento. En la liturgia, estar en una actitud de recogimiento significa ser capaz de no estar preocupado del vecino, o de quién asistió o no al templo, o de cualquier otra cosa, sino de "sentir" la presencia de Dios.
Con el recogimiento se puede tener acceso a la verdadera oración y a la meditación. Sin recogimiento no puede haber ningún tipo de contacto con Dios ni con la parte sagrada que todos tenemos dentro. HBC

EL ASCENSO DEL DRAGÓN

Todas las culturas tienen alguna forma de representar el desarrollo humano. Estas formas son normalmente simbólicas, y vienen a veces desde los tiempos más remotos. Conocemos de oídas aunque vagamente algunas de ellas, como el caso del "hombre nuevo" que plantea el cristianismo, o la iluminación de los orientales.
En China existe también una tradición semejante, aunque con otros símbolos. Allá se utiliza el dragón para simbolizar el cambio y el perfeccionamiento del ser humano hacia estados más altos de conciencia y espiritualidad. El dragón, en sus diversas fases, va mostrando los logros interiores y espirituales de quien comienza a seguir un camino de desarrollo personal.
Las etapas de desarrollo según el modelo chino son seis. La primera etapa está representada por el dragón escondido. Hundido en el fondo de las aguas, su espíritu se halla sumido en la materia; no tiene ningún deseo de subir a la superficie, de salir de la condición actual, o de evolucionar. No conoce al espíritu que lo ha creado. Está completamente atado a la tierra, a las necesidades y placeres del cuerpo, a las satisfacciones sensuales y a la ganancia material. Está ligado al mundo físico sin concebir el más allá ni la dimensión espiritual. El ser ignora su naturaleza verdadera; está desposeído de él mismo.
La segunda etapa está representada por el dragón en el arrozal. El animal ha salido de las aguas trabando conocimiento del mundo superior. Está encima de la tierra fangosa que se hunde bajo sus garras. Camina a través de los altos tallos del arrozal, agitando con la ondulación de su cuerpo los retoños del arroz. Es el primer despertar a la naturaleza espiritual. Un vago sentimiento le indica que, al lado del agua, que es la materia, existe otro aspecto de vida encarnado por el aire, y el mundo espiritual.
La tercera etapa está representada por el dragón visible, que se eleva de las aguas. Esto nos muestra que el ser humano se eleva por encima del plan primitivo, viendo el conjunto del mundo. Esta vista, por restringida que sea, lo ilumina sobre la vida superior. Percibe claramente la existencia del espíritu que ha creado este mundo admirable y comprende que su existencia es necesaria.
La cuarta etapa la representa el dragón rampante (parado en dos pies). En ese momento el ser ha comprendido que no debe quedarse en el medio mórbido. Ha encontrado la tierra firme que le permitirá elevarse pero todavía no tiene conciencia de sus alas y no piensa utilizarlas para lanzarse a un vuelo espléndido. Aspira al mundo celeste del Espíritu, del cual ha comprendido la hermosura, pero el aire lo atrae tanto como la tierra. No puede volar, no puede dar más que saltos que lo hacen caer de nuevo en el seno del mundo material. La lucha que sostiene es ruda y dolorosa. Esta etapa es crítica, porque exige un gran esfuerzo para continuar. Es aquí donde el hombre puede renunciar al mundo espiritual y seguir pegado al mundo material. Son dos caminos que se le muestran.
La quinta etapa es la del dragón volador. Eligió el mundo espiritual, y por fin ha hallado el camino en el dominio del Espíritu. Vuela cerniéndose en el aire, está desligado y evoluciona hacia el llamamiento divino de las alturas que es donde se encuentra la verdadera patria que pronto alcanzará.
Por fin, la última etapa es el dragón planeando. Logró encontrar el sentido de su vida en el espíritu, y descubre que ahí está el sentido de la vida. Puede posarse de nuevo sobre la tierra, pero volverá a elevarse ya que la verdadera felicidad y desarrollo se encuentran en el espíritu y en Dios. HBC

NEUROTEOLOGÍA

A medida que la ciencia avanza, se van creando nuevas áreas de estudio, a veces impensadas tan solo pocos años atrás. Y cada nueva ciencia, a medida que acumula conocimientos, va necesitando de nuevas palabras o términos para definir sus hallazgos. Algo así sucede con el término que ocupa el encabezado de este artículo. La "neuroteología" es una ciencia o una especialidad incipiente, que está tratando de averiguar qué sucede en nuestro cerebro con las experiencias de éxtasis, de meditación o de visiones de Dios.
El avance que posibilitó esto fue el SPEC (Single Photon Emission Computed Tomography), que consiste en una especie de scanner para el estudio del cerebro, que va mostrando en directo cuáles son las zonas del encéfalo que se activan con ciertas actividades mentales, a través del flujo de sangre.
Los primeros estudios que se realizaron fueron desde luego relacionados con enfermedades, por ej. examinar qué pasa en el cerebro con un coágulo. Pero apareció otra legión de científicos que comenzó a hacer experimentos con personas normales, y dentro de este grupo, algunos empezaron a estudiar la actividad cerebral durante las experiencias religiosas.
El investigador pionero en esta interesante nueva ciencia es Andrew Newberg, un neurocientífico norteamericano. En sus estudios y experimentos trabajó con monjas y meditadores experimentados. Descubrió que cuando tenían experiencias religiosas, en ambos grupos se activaban ciertas zonas específicas del cerebro. Estas zonas son las de la atención y la ubicación espacial, principalmente. A estas zonas las llamó "el módulo de Dios", y él piensa que son la base de las experiencias místicas o ciertos estados alterados de conciencia que se presentan en estados de contacto con la divinidad.
En realidad, era esperable que el área de la atención se activara durante las experiencias religiosas, ya que, al igual que las experiencias de meditación, requiere de mucha concentración. El área de la ubicación espacial en cambio fue todo un descubrimiento, y parece relacionarse con la sensación que generalmente acompaña a una experiencia espiritual, de pérdida de los límites del "yo". En Oriente por ejemplo, donde esto es más conocido, las experiencias más profundas de tipo espiritual siempre tienen que ver con "sentirse absorbido en el todo", o en Brama, o en un estado de nirvana. Pero en occidente, aunque con otros nombres, esta experiencia es también conocida; se la denomina "éxtasis", la "unión perfecta con Dios", etc. En todos estos casos, la persona siente que sus límites desaparecen y se fusiona con todo lo que la rodea. Se da cuenta de que la vida es una total unidad, y que las separaciones que hacemos son un juego de la mente. Todo está relacionado con todo, y en todo está Dios.
Estos descubrimientos han creado polémica, y se están llevando a cabo nuevos y numerosos experimentos para ampliar estos conocimientos. Por supuesto, el hecho de que la creencia en Dios, o la ocurrencia de estados religiosos y espirituales especiales tenga una base neurológica, no invalida la fe ni la realidad de Dios. Pero sí nos muestra que hay una base científica en todo esto, y que de algún modo la dicotomía u oposición entre ciencia y religión que se ha mantenido por varios siglos, es un asunto que empieza a ser superado. Y por último, cabe decir que esto tampoco le quita ni realidad ni profundidad a la vida espiritual, sino todo lo contrario, pues la enorme trascendencia de una experiencia de esta naturaleza tiene un poder transformador enorme, con consecuencias muy positivas para quien la vive y para quienes lo rodean, en el sentido de afianzar y realzar sus valores y su capacidad de amar. HBC

LAS DIMENSIONES DEL SER HUMANO

Cuando una madre atiende con esmero a su guagua, se preocupa de todo su ser, y es por lo demás una escena muy hermosa. Da gusto ver cómo lo alimenta, atendiendo su cuerpo; pero mientras tanto le habla o le canta, y mediante lo verbal está atendiendo inconscientemente a su aspecto psicológico. Y cuando en la noche reza por él, se está preocupando de su dimensión espiritual. Es decir, su atención es completa, y apunta a todas las áreas del bebé.
Esto nos lleva a considerar cuáles son las dimensiones del ser humano. Tenemos en primer lugar una dimensión puramente física, o físico – química. Los rayos X por ejemplo, actúan a ese nivel. Tenemos luego una dimensión biológica, luego una dimensión social, otra psicológica, y finalmente una espiritual, y todas ellas deben ser atendidas, no podemos descuidar ninguna.
Estas dimensiones son en parte coexistentes, y en parte superpuestas. Es decir, hay algunas más primarias –que son las más básicas- y otras más elevadas que se pueden atender solamente cuando las primeras están satisfechas. Así por ejemplo, la dimensión biológica debe estar en gran parte satisfecha antes de llenar la social. Lo psicológico debe estar bastante bien asentado antes de que nazca lo espiritual.
Con respecto a la dimensión psicológica, atenderla significa, entre otras cosas, quererse a sí mismo y hacer lo posible por aprender a vivir bien, con una calidad de vida adecuada, es decir en paz con los demás y consigo mismo, considerando que cada ser humano es único e irrepetible, y que puede llegar siempre más lejos en su desarrollo, culminando con una vida espiritual plena.
Todas las grandes religiones, doctrinas, y ahora también la psicología, apuntan a lo mismo; con diferentes nombres, llámese autorrealización, conciencia cósmica u hombre nuevo, el llamado para el ser humano es seguir su desarrollo, integrando todas sus dimensiones hasta llegar a la espiritualidad. HBC

SER Y NO PARECER

Uno de los valores humanos que se advierte a lo largo de toda la historia es la autenticidad. En las culturas clásicas, así como en las grandes religiones, este valor gozó -y goza- de una gran consideración. "Ser" se refiere precisamente a esto, a la autenticidad. Es vivir de acuerdo a como uno es, aceptándose por lo tanto a sí mismo. Es también vivir centrado en lo más esencial y permanente del hombre. Esto conlleva de alguna manera una visión de que el hombre no solamente es lo que vemos, sino que tiene una parte más profunda y valiosa.
Sin embargo, pareciera que este valor se va perdiendo. Es así como cada vez más personas parecen centrarse en el "parecer", esto es, en vivir de las apariencias. Vivir en el "parecer" significa valorar más la imagen que se da hacia los demás que el sentido trascendente del "ser". Son formas de vida opuestas.
El perfil de quienes se centran en el "parecer" es bastante definido: son personas competitivas y muy preocupadas con la imagen de triunfador y del éxito; el corolario de esto es naturalmente el vivir de las apariencias. Esto incluye el status social, el dinero, el éxito profesional o académico, los amigos connotados, etc., es decir, todo lo que se puede mostrar y que puede causar algún impacto o admiración en los demás. Sus temas de conversación están centrados siempre en estos temas, y nunca en sí mismos como personas, salvo que hablen de sí mismos para impresionar.
En un reciente viaje de trabajo me tocó conocer un par de personas que ilustran muy bien lo que comentamos; era un grupo de "gente linda" como se podría decir. Un gerente que cada tres meses cotizaba corbatas en internet, que luego encargaba a través de la tarjeta de crédito. Y paradoja increíble: en un grupo religioso hacía sermones sobre la humildad. Y una dama, profesional, que hablaba y hablaba de su novio, quien tenía un caballo de carrera que le había costado veinte millones de pesos; por supuesto, ella se "quejaba" de la compra del novio, pero era tal su habilidad social, que se las arregló para que gran parte de la velada se hablara del famoso caballo.
Lo trágico de esta forma de estar en el mundo es que finalmente las cosas se confunden, y quienes optan por esta forma de vida terminan cada vez más alejados del verdadero núcleo de sí mismos. Mientras más se vive de las apariencias más lejos se está del "ser", del verdadero "yo". Y a fin de cuentas, de la dimensión espiritual que tiene la vida. En mi experiencia, he visto que tarde o temprano estas personas sufren dos situaciones trágicas: por una parte dejan de creer en el amor, perdiendo algo tan esencial de la vida, y por otra parte pierden también la capacidad de tener una comunicación profunda, lo que constituye la antesala inmediata de la soledad y el vacío existencial.
El significado más profundo que hay detrás de vivir centrado en el "parecer" en lugar del "ser" es algo así como "valgo tan poco como persona que debo obtener valoración a través de las cosas externas que he conseguido". Por cierto, la persona misma no se da cuenta de esto. En parte es la misma sociedad quien les enseña a los niños y jóvenes que la imagen y las apariencias son lo más importante.
Ser y no parecer, ésa parece ser la cuestión. No hacer de cuenta que uno "es", sino serlo de verdad. Ser una persona con virtudes y fortalezas, y también con dificultades, problemas, y aspectos nada de agradables ni bonitos, como todo ser humano. Pero luchar por ser mejor, creyendo en la persona, en la trascendencia, en que en nuestro interior hay una joya que desarrollar -el Ser- y que es mucho más valiosa de lo que creemos. Por Horst Bussenius C.

CULTIVAR EL SER

Fin de año es siempre, de alguna manera, un momento de revisión personal, de evaluación quizás, y de planteamientos, metas y desafíos para el año que comienza. Estos planes y metas normalmente se refieren a las cosas que queremos lograr, tanto en lo laboral como en lo profesional.
Sin embargo rara vez nos detenemos a pensar que podemos desarrollar aspectos nuestros más sutiles y más elevados. Tal sería el caso, por ejemplo, de la superación de algunas debilidades personales, o de rasgos indeseables en nuestra personalidad. Y en este sentido, un aspecto importante para “trabajar” y desarrollar es nuestro “ser”, o el ser interior, como también se le llama.
No es nada de fácil intentar definir qué se entiende por el “ser”. Es como la esencia de una persona, su verdadero yo, lo más interno y real. El ser debe cultivase junto con la comprensión, con el Saber. Si una persona desarrolla solamente su ser, sin el Saber, será incapaz de comprenderse a sí mima y por lo tanto no podrá tampoco ayudar a los demás. Si, por el contrario, se desarrolla sólo el Saber, se produce un empobrecimiento del ser o del alma que aleja a la persona de toda posibilidad de crecimiento personal real. Lo óptimo es que se desarrollen ambos aspectos –el ser y el saber- en forma paralela y conjunta, pero es difícil. Y más todavía hoy en día, en que ha aparecido otra parte de la ecuación en la escena: se trata del “tener”. Nos medimos antes que nada por lo que tenemos, es decir por los logros materiales en todas sus formas: casas, autos, TV, barrio, status social….y si esto no basta, recurrimos a los familiares “connotados”, al currículum académico, o a lo que sea. Vivir basado en el “tener” es aún más grave que desarrollar solamente el Saber o el Ser, pues generalmente -tarde o temprano- sobrevendrá una desvinculación consigo mismo; y esta es un camino seguro hacia la alineación en cualquiera de sus muchas formas.
El Ser se desarrolla o cultiva de varias maneras; en primer lugar tratando de potenciar nuestra capacidad de amar. Y en segundo lugar, luchando contra los enemigos del Ser, que son la vanidad y el orgullo. Hay también otros no menos importantes, como las mentiras -tanto las que se cuentan a los demás como las que nos contamos a nosotros mismos-, los apegos, y el dejarse tragar por lo mundano, todo lo cual nos lleva a olvidar lo espiritual.
Para cultivar el Ser entonces, primero es preciso descubrirlo, darse cuenta de que hay cosas más sutiles en la vida que lo que vemos solamente con los ojos, y luego comenzar una larga lucha contra sus enemigos, algunos de los cuales hemos mencionado. Por Horst Bussenius C.

3/10/07

Vínculos a sitios de libros gratis online

Hay una serie de vínculos y páginas disponibles donde encontrar libros que se pueden bajar gratis de internet. Los siguientes son interesantes:
1.- Libros esotéricos http://reikiplus.memebot.com/Librosonline.html Una gran variedad de libros, al parecer con buenas traducciones, y todos en castellano
2.- Evangelios apócrifos http://club.telepolis.com/agaigcu/textosevangeliosapocrifos.htm Parecen excelentes traducciones, fieles a los originales, en castellano.
3.- Libros clásicos cristianos http://www.dudasytextos.com/clasicos.htm Es una página de una secta católica, pero la lista de libros vale la pena. También en castellano.
4.- Wikipedia tiene también una sección de libros gratis: http://es.wikisource.org/wiki/Portada
5.- También wikipdia tiene imágenes, videos, animaciones, etc., gratis y libres, que pueden ser utilizadas: http://commons.wikimedia.org/wiki/Portada

8/9/07

TRASCENDENCIA

El concepto de trascendencia tiene varios significados. Por una parte se habla de trascendencia para decir que algo se hizo público –“trascendió”- significando algo que de algún modo estaba oculto o al menos no era conocido. Por otra parte algo trascendente es algo importante que causa cierto impacto. Pero lo que nos interesa ahora es la trascendencia en el plano humano. Etimológicamente trascender es ir más allá del límite.

Referido al hombre entonces, podemos decir que trascender es ir más allá de sus propios límites. Pero, ¿de cuáles límites? De un modo simple, y que podemos mencionar como ejemplo, trascender es tener un hijo, pues a través de él los padres trascienden su propio límite impuesto por el momento de la muerte; proyectan parte de su ser más allá, a través de los hijos. Muchas personas también han trascendido de otras formas, dejando una obra de arte, sus ideas, y en general a través de las realizaciones que lograron en su vida.

Puesto que hemos hablado de la muerte, se puede mencionar que la idea de la trascendencia está también muy ligada a las religiones y a la espiritualidad, ya que el alma trasciende al cuerpo, es decir va más allá de donde llega el límite de vida del cuerpo, que como decíamos es la muerte. A la idea de trascendencia siempre subyace la idea de algo superior; por ejemplo el alma va a un plano superior.

De modo que con lo dicho hasta aquí podemos afirmar que trascender implica llegar más lejos, pasar un límite. Pero, ¿y que hay de la trascendencia en la vida actual? Aquí nos pueden servir de ayuda las ideas del psicólogo Carl Jung y su escuela. Para él, trascender concierne a la superación por parte del hombre del modelo de existencia que ha llevado hasta ese momento. Es avanzar hacia otra etapa más madura y plena, hacia la plena realización de su “sí mismo”. Por lo tanto la trascendencia es también un fenómeno que ocurre en el presente.

Es desligarse en gran medida de los condicionamientos sociales y la historia personal. Esto significa llegar a ser más auténtico, más uno mismo, más libre, y sobre todo llegar al máximo potencial; puede implicar un cambio más o menos profundo de vida. Suele aparecer en la etapa media de la vida. Pareciera incluso que la trascendencia fuera una necesidad humanas común a todos, pero que no siempre se despierta, porque estamos o muy “tragados” por el mundo externo o muy “dormidos”.

Sin embargo el sentido de trascendencia aparece a través de algunas manifestaciones sutiles. Una de ellas pueden ser los sueños, en lo cuales se simboliza de diversas maneras. Soñar con un chamán puede simbolizar la curación de una herida interna para superar una etapa y pasar a otra; o a veces un ave puede simbolizar la necesidad de elevarse hacia lo espiritual. Y un viaje de peregrinación suele simbolizar un anhelo inconsciente de despegarse o liberarse de algo o conocer otras realidades.

La actitud adecuada que podría permitir la trascendencia es poner atención a estos símbolos cuando aparecen, y meditar sobre ellos, tratando de explorar su significado en la vida propia. Puede ser que el significado comience a develarse, a entreverse, pero por desgracia es frecuente en estos casos encontrarse con el viejo dilema de la contención versus la liberación. Seguir contenido es continuar apegado a los viejos esquemas, por miedo o rutina; apostar a la liberación es el camino que puede llevar más lejos, a la trascendencia, pero puede generar temores y aún incomodidades que pocos están dispuestos a enfrentar.

GURDJIEFF: Un gran maestro


Todo buscador espiritual, si tiene una búsqueda profunda, y por esto debe entenderse que “le duele” encontrar ciertas respuestas, se topa en algún momento con las enseñanzas de George I. Gurdjieff. Nacido en Alexandropol, en 1877, dedicó su vida a encontrar respuestas a las cuestiones más fundamentales del hombre.
Las enseñanzas de Gurdjieff son amplias, de no fácil asimilación, y están centradas en las posibilidades ocultas que tiene el ser humano, en su verdadero potencial. Aunque es del todo imposible sintetizar las ideas de G en un corto texto, podemos decir que quien se encuentra con sus escritos nota de inmediato “el sabor de lo real” que se desprende de ellos. En lo esencial, aún cuando esta enseñanza hay que conocerla de primera mano, podemos intentar decir que entre algunos de sus planteamientos se cuentan los que se mencionan a continuación.
En primer lugar –plantea Gurdjieff-, el hombre es un ser que vive en forma automática, como una máquina. Aunque no lo sabe, vive (literalmente) en el sueño, está dormido sin darse la menor cuenta. En segundo lugar, los rasgos que el hombre considera que posee, y que más valora, como la voluntad, el libre albedrío, la conciencia, la unidad de sí mismo y otros, no son reales sino solamente condicionamientos que tenemos desde chicos. En relación a la unidad de sí mismo, por ejemplo, Gurdjieff dice que el hombre tiene múltiples “yoes”, y no un solo “yo” como nos gusta imaginarnos. Dice también que el hombre es la sombra de lo que podría ser; tenemos un destino muy elevado que no conocemos, y que por tanto ni siquiera intentamos alcanzar.
El hombre tiene dos partes fundamentales: esencia y personalidad. La esencia es lo verdadero, lo real, la verdadera naturaleza de cada cual. La personalidad en cambio, es un conjunto de rasgos y mecanismos de defensa que opacan la verdadera esencia, y que se forma a través de la educación, el colegio y la familia. La personalidad no es lo verdadero, sino lo sobrepuesto que enmascara a la esencia. Al llegar a adulto, se puede tomar cierta conciencia de esto, y entonces se debe hacer el camino inverso, volver a despertar la esencia, a través de un trabajo arduo, que requiere energía, tesón y mucha perseverancia.
Uno de sus puntos quizás más polémico es su planteamiento de que el hombre no nace con alma, pero tiene la posibilidad de desarrollarla. Cuando muere, si no ha desarrollado su alma, “vuelve al polvo”, dice él, remedando las palabras bíblicas. Por último, Gurdjieff nos dice que hay una salida para este estado de cosas, a través de lo que él denominó “el Cuarto Camino”.
Las enseñanzas de G constituyen una enseñanza esotérica, entendiendo por esotérico aquello que está oculto; es llegar a descubrir que el hombre tiene potencialidades latentes que ni siquiera imagina. Sin embargo, por alguna razón, quizás precisamente porque “estamos tan dormidos”, es que estas enseñanzas no son para todos. En efecto, varias de sus ideas pueden ser muy chocantes para algunos. Además, quien se interese en ella debe sentir en lo más íntimo de sí mismo que no está complemente satisfecho con su propia vida, lo cual puede resultar un escollo insalvable, toda vez que admitir esto puede poner en jaque toda nuestra autoimagen, con el dolor que esto significa para nuestro ego.
La influencia de Gurdjieff ha sido enorme. Todo aquel que ha intentado hacer un trabajo interior real, intensivo, de transformación y crecimiento, se ha topado en algún momento con sus enseñanzas, las cuales se trasmiten de boca en boca, y a través de un trabajo en grupo, un “trabajo de escuela”. HBC