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30/4/09

COMUNICACION ASERTIVA

Aunque todos sabemos comunicarnos, todos podríamos hacerlo bastante mejor, en calidad y en profundidad. Y una de las formas de comunicarse mejor es aprender a practicar la comunicación asertiva.


Asertividad es una palabra que viene del inglés "assert", que significa algo así como "aseverar con fuerza", afirmar algo. Se la puede definir como la capacidad de luchar por nuestros derechos, decir lo que se siente y piensa, y decir 'no' sin sentirse culpable. Todo esto en el momento propicio y de la manera adecuada; o sea decir las cosas pero sin pasar a llevar los derechos de los demás y sin dejar que pasen sobre los propios. Es expresarse en forma firme pero sin dañar.

La comunicación asertiva es, en cierto sentido, como el término medio "justo" entre dos extremos: la prepotencia y la debilidad. Muchas personas, para hacer un reclamo por ejemplo, se dan fuerza a través de la agresión o la prepotencia. Claro, lograron atreverse a hacer el reclamo, pero dejaron heridas en el otro. Y si no se atreven a reclamar, quedan mal ellos mismos, porque ni consiguieron lo que querían, ni tampoco pudieron expresarse.

Está comprobado que las personas que se comunican asertivamente funcionan mucho mejor en todo sentido. Son también en general más exitosas, porque por un lado saben luchar por lo que quieren, por otro lado no agreden, y además porque hacen que se respeten sus derechos. Además, como son capaces de decir lo que piensan y sienten en el momento adecuado, no quedan con la pesada carga emocional que debe arrastrar una persona no asertiva.


Las personas no asertivas generalmente tienen problemas. Por ejemplo, si intentan luchar por sus derechos lo hacen de manera agresiva -quizás como una manera de darse seguridad- pero dañan la relación y no consiguen lo que quieren, porque también despiertan agresividad en el otro, con lo cual se llega al conflicto abierto. O al revés: ni siquiera intentan luchar por los derechos propios; o bien por el hecho de no expresar lo que sienten, pueden quedarse atascados durante horas (o días) pensando en lo que podrían o no podrían haber dicho en el momento en que ocurrieron los hechos, lo que conduce a la larga al estrés, puesto que la persona se traga la rabia y las frustraciones, y se llena de "rollos".

Y no solo eso: hasta ha habido casos de divorcio, cuando el esposo o la esposa no sabe comunicarse en forma asertiva, como por ejemplo cuando se es incapaz de negarse a ser aval o a prestar todo lo que le piden, con lo cual arrastran a toda la familia hacia problemas económicos. En estos casos la persona fue incapaz de decir “no”. Comunicarse asertivamente es entonces expresar lo que se piensa y siente, frente a todo tipo de personas, pero de una manera firme y socializada.

Es fácil preconizar la comunicación asertiva, pero no es fácil llevarla a la práctica. Requiere de un entrenamiento, pero es un esfuerzo que vale la pena, porque conduce a la persona a una vida más responsable, más digna, con mejor autoestima, y más exitosa en todo sentido. Se gana en respeto propio y de los demás, y hasta en libertad.

25/4/09

VIVIR EL PRESENTE: El "aquí y ahora"

Una observación desapasionada y sincera de nuestra psiquis, nos muestra de inmediato que una gran cantidad de pensamientos se refieren a cosas o situaciones que no están presentes en el entorno. Y también que una gran cantidad de personas viven atrapadas pensando en sus traumas, en el pasado, en el futuro, o en las cosas que no están presentes. O sea, están llenas de "rollos". Hay quienes han vivido planificando el futuro, y cuando sufren una frustración y todos esos planes se tornan imposibles, o cuando han tenido una experiencia fuerte -por ejemplo de cuasi muerte-, recién descubren la importancia de vivir "el presente". Esto les ha traído una vida mucho más plena a esas personas. Es un gran adelanto. También ha habido personas que descubren que no deben preocuparse de los problemas, sino "ocuparse de los mismos". También es un gran adelanto.


Pero vivir en el presente es más que eso. No es sólo estar en el "ahora", sino también en el "aquí". Es estar en el "aquí y ahora", lo que significa, en una palabra, que la mente y el cuerpo estén juntos; donde está el cuerpo debe estar la mente. Se puede estar en el presente (aquí) pero con la mente en otro lado (allá), y tarde o temprano esto trae problemas. Por desgracia para la mayoría de la gente el fantasear, soñar despierto, hacer castillos en el aire, ilusionarse, etc., que son formas de no estar en el presente, es algo muy preciado. ¡Por supuesto, si en la fantasía uno siempre es el héroe y el mundo es como queremos que sea! Sin embargo, vivir fuera del "aquí y ahora" es un caldo de cultivo para los problemas psicológicos. Aprender a vivir en el aquí y ahora reporta una cantidad de ventajas que es impresionante. Creo que un 90 o 95 % de nuestros problemas se solucionarían si aprendiéramos a vivir en el "aquí y ahora". Por ejemplo, algunas enfermedades podrían advertirse antes. El cansancio se podría detectar de inmediato. Se descubrirían cosas nuevas en la rutina diaria... el mundo cobra más sentido y más "vida". La vida entera se enriquece, porque cada momento y situación es nueva y única.


Hay algunas emociones típicas que están muy conectadas al hecho de no vivir el "aquí y ahora". Por ejemplo, quienes viven en el pasado, normalmente sufren de culpa y remordimiento, o bien rencor y resentimiento. Y por el contrario, quienes viven en el futuro siempre sufren de ansiedad, porque se están preguntando a cada momento si lograrán o no tal o cual meta, pagar tal cuota, pasar el examen, etc. Y quienes viven en el "allá" (con la mente en otro lado) jamás se concentran y no hacen nada bien.

Las emociones más verdaderas e importantes, como el amor y la felicidad, son emociones del presente, del "aquí y ahora". Nadie es feliz solazándose en los logros y éxitos del pasado; esto puede reportar ciertas sensaciones placenteras, es cierto, pero que son un sustituto de la verdadera felicidad. O puede fantasear lindamente en un futuro y éxitos venideros espectaculares, pero es solamente fantasía: o sea, un escapismo. Pensemos en hacer algo delicado con las manos, que exija concentración. ¿Se lo podría hacer bien con la mente puesta en otro lado?: imposible. Pensemos en un momento de intimidad sexual, con la cabeza puesta en cualquier otro lugar: un fracaso. La mente y el cuerpo deben estar juntos.

Un problema común que surge en la gente al plantear este tema es cómo conciliar el vivir en el "aquí y ahora" con los planes y anhelos que se tienen hacia el futuro. La respuesta es simple: los planes y metas deben estar presentes en la vida, pero no se debe vivir pensando día y noche en ellos. Si mañana tengo una reunión importante, preparo el material que necesitaré, y cuando queda listo me des-preocupo de la reunión. Si, en cambio, pienso y pienso en todo lo que podría ocurrir o no ocurrir en la reunión, me salí del "aquí y ahora". Y en definitiva, pierdo de estar en la realidad y de disfrutarla.