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3/10/09

MADUREZ EMOCIONAL: el aporte de Maslow

La madurez es una palabra con prestigio. Una palabra que atrae. A todos nos gusta sentir que somos maduros, y si le decimos a alguien que es "un inmaduro" lo tomará normalmente como una ofensa. Definir la madurez no es nada de fácil. No hay una definición que cumpla con todos los criterios, ni menos todavía alguna persona real que se ajuste plenamente a un "perfil de madurez". Sin embargo el problema no es insoluble.

En efecto, puede estudiarse la madurez tratando de definir cuáles son las principales características que la componen. Aunque hay varios puntos de vista, quizás el de Maslow es el más completo y que goza de más prestigio. Para este psicólogo norteamericano, la madurez está compuesta por una serie de catorce rasgos. En primer lugar, las personas maduras tienen una percepción realista, tanto de sí mismas como de los demás y del entorno. Esto a su vez los hace sentirse más seguros y menos amenazados. En segundo lugar, se aceptan a sí mismos, a los demás y a la naturaleza. Aceptan las necesidades fisiológicas y los procesos naturales sin aversión ni vergüenza, pero también aprecian las cualidades "elevadas" que completan la naturaleza humana.

La espontaneidad, que es actuar sin miedo y ser auténtico, y además tener cierta alegría de vivir, así como apreciar el arte y las manifestaciones bellas de la vida, es otro rasgo. La capacidad de concentrarse en los problemas y resolverlos, así como trabajar con eficacia y persistencia, es también otro de los atributos. También se cuenta la autonomía: las personas maduras mantienen buenas relaciones con los demás, pero también necesitan a veces estar solas. Y sus relaciones con los demás no son de tipo posesivo. La independencia de juicio, es decir no dejarse llevar por los demás ni por las modas, ni tampoco funcionar solamente esperando los halagos o las críticas, es otra característica de la gente madura. La flexibilidad frente a personas, ambientes y situaciones, también es parte de la madurez. La persona madura no es rígida.

Otro factor es la espiritualidad: la gente maura siempre muestran algún grado de interés por comprender el mundo y por las preguntas más importantes relativas al ser humano. Esto se traduce frecuentemente en un sentido religioso de la vida. Otro rasgo es el sentido social: demostrar cierto interés en ayudar y en solidarizar. Comprenden la desgracia humana y sienten empatía hacia otros seres humanos.

Profundidad en sus relaciones personales: más que tener un gran número de amigos, las personas maduras tienen pocos amigos, pero su relación con ellos es profunda. Junto a esto, su trato en general hacia los demás es positivo, en general sin conflictos. El llamado "carácter democrático" es otro atributo de la madurez; en la práctica, esto se traduce en sentir respeto hacia cualquier ser humano, y esto lleva a la persona madura a ser tolerante, tanto en lo religioso como en lo político y étnico.

Código ético: los sujetos maduros tienen un código ético, y muestran congruencia entre lo que piensan y la forma en que actúan. Saben siempre distinguir con claridad entre lo justo y lo injusto. El sentido del humor es parte de una persona madura también; pero este sentido del humor no lo explotan para burlarse o reírse de los demás. Finalmente, Maslow mencionó la creatividad como la última característica de la madurez, entendiendo que ella no es un atributo exclusivo del artista, sino -en mayor o menor grado-, de todos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ME ENCANTO TU REGALO RADIAL "PSICOLOGIA PARA TODOS" Y LA BELLA MUSICA.

SI ME PERMITES QUIERO HACERTE UN REGALO, PARA TI HORST DE UN HOMBRE MADURO.


Walt Whitman
(1819-1892)


Surgirá un nuevo orden
y sus hombres serán
los sacerdotes del hombre,
y cada hombre será
su propio sacerdote.



NO TE DETENGAS

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
PASE LO QUE PASE NUESTRAS ESENCIAS ESTAN INTACTAS.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...


"SOLO QUIEN SABE CUIDAR LO AJENO, PUEDE POSEER LO PROPIO"

G.GURDJIEFF

PARA TI HORST CON AFECTO
PY.

Horst Bussenius Cortada dijo...

Gracias por tus comentarios PY. Te comento que los textos que envías son hermosos, aunque no me parecen de Whitman; quizás el primero sí -envíame referencia-, pero el otro definitivamente no. La frase final "sólo quien..." efectivamente es de G.

Saludos
Horst

Anónimo dijo...

aTesora los regalos, que duraran lo que tienen que durar en el tiempo(.....)

RECUËRDESE A SI MISMO SIEMPRE Y(...)
.//."sólo quien..." efectivamente es de G.

Buenos días...
Gracias Horst Bussenius

Anónimo dijo...

Una Mirada Hacia Ti
Horst Bussenius Cortada
Ensayo
2006
-
170
“Una mirada hacia ti” contiene una serie de artículos del profesor
y sicólogo Horst Bussenius publicados en el diario La Estrella de Iquique
que aborda diversos tópicos de la vida cotidiana.Una forma de contar la realidad humana desde un punto de vista filosófico,
a través de la pluma de Bussenius, tan grata y tan humana. (2006)
GRACIAS HORST, ES UNA BELLA RECOPILACION QUE ME AYUDA A CRECER EN EL TIEMPO...
Y,
ESTE BLOG "ES" UNA DURACION EXTENDIDA EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO PSICOLOGICO VIRTUAL, PUEDO VIAJAR CON SUS ETIQUETAS, APRENDER,
Y RECREAR EL CAMINO DE ESTA VIDA.

(...)
Maslow basó su estudio en las ideas de otros psicólogos, en Albert Einstein y en personas que conocía que claramente cumplían con el estándar de autorrealización. Usó los escritos y realizaciones de Einstein para ejemplificar las características de la persona autorrealizada. Encontró que todos los individuos que estudió presentaban rasgos de personalidad similares. Todos estaban «centrados en la realidad», capaces de diferenciar lo que era fraudulento de lo que era genuino. También estaban «centrados en los problemas», en el sentido de que trataban las dificultades de la vida como problemas que requerían solución. Estos individuos también estaban cómodos cuando estaban solos y tenían relaciones personales saludables. Solo tenían unos pocos familiares y amigos cercanos, más que un gran número de relaciones superficiales.[6] Una figura histórica que resultó útil a Maslow en su camino hacia el entendimiento de la autorrealización fue Lao-Tsé, el «padre del taoísmo». Un principio del taoísmo consiste en que las personas no obtienen significado personal ni placer buscando posesiones materiales.

Cuando Maslow introdujo estas ideas, algunos no estaban preparados para entenderlas; otros le tildaron de acientífico. Algunas veces considerado como en desacuerdo con Freud y su teoría psicoanalítica, Maslow realmente posicionó su trabajo como un complemento vital al de Freud. En su libro Toward a psychology of being (1968), afirmaba:

«Es como si Freud nos proporcionase la mitad enferma de la psicología y ahora debamos completarla con la mitad sana».

Maslow encuentra dos facetas de la naturaleza humana, la sana y la enferma, de modo que considera que deberían existir dos caras en la psicología. (...)

http://es.wikipedia.org/wiki/Abraham_Maslow#Jerarqu.C3
.ADa_de_necesidades
.GRACIAS. HORST HERMOSO "LUGAR" COMPARTIDO

Anónimo dijo...

El RESPLANDOR de las hojas doradas de otoño 2

Se suele pensar que en las edades maduras ya no hay mucho que hacer, que la persona ya realizó su vida y consiguió sus logros y que ya no queda mucho más que dejar pasar las horas; sin embargo, desde el punto de vista del proceso de evolución integral, estas edades presentan desafíos vitales importantísimos, pues sólo en esas etapas en que ya se ha experimentado la vida en sus muchas tonalidades y etapas es posible llegar a la máxima expresión de muchas virtudes espirituales.

Envejecer es el arte, no de secarse, apretarse y encerrarse como se suele pensar, sino de manifestar la síntesis de lo aprendido en esta vuelta por la vida; la tercera edad debería representar una coronación del proceso vital y todo el aprendizaje que allí se obtuvo, lo cual será posible si nos vivimos las etapas anteriores en una actitud consciente de tender caminos hacia la sabiduría, la amplitud, la aceptación, la creatividad, la autorreflexión.

Así como la edad infantil, la juventud y la edad adulta tienen sus propios desafíos, las edades maduras tienen los suyos.

Uno de estos desafíos es la recapitulación de la vida, saldar las cosas pendientes, perdonarse, perdonar, en profunda comprensión y amor hacia uno mismo y los demás por los daños provocados y recibidos, sanando las heridas y rencores que aún gravitan en la persona. Para hacer este proceso se requerirá de un trabajo profundo de revisión personal, de pacificación, de elevación de la mirada, de comprensión.
Otro desafío tiene que ver con la expresión de virtudes personales que, como decíamos, sólo son posibles en una dimensión más profunda cuando se ha vivido conscientemente la vida. La virtud de la Sabiduría, que nos lleva a tomarnos la cosas con templanza, a saber que el dolor es parte de la vida, a mirar las cosas con perspectiva sin darles más importancia de la que tienen, a valorar lo sencillo. La virtud de la paciencia, saber esperar, sabiendo que todo llega en el momento preciso, la virtud de la aceptación de los otros como son, de la amplitud de criterio, la capacidad de amar incondicionalmente.

Son las edades en que el servicio puede alcanzar su expresión más depurada al ser entendido no como algo que se hace en algunas ocasiones cuando hacemos algo por otros, sino como una actitud vital continua de entrega de lo mejor de uno hasta en los actos más cotidianos.

Es el tiempo de la vida en que por un natural aquietamiento del ritmo se puede poner atención a lo aparentemente insignificante y encontrar riqueza, belleza y plenitud en las cosas más sencillas,
como ver caer las hojas de otoño, o
el cielo del atardecer,
el encuentro con otro ser humano, o una taza de té. Ya se aprendió que la felicidad no tiene tanto que ver con panoramas excepcionales, sino con la actitud de apertura interna con que se viven los momentos.

Además es la edad en que inevitablemente aparecerá en el horizonte la propia muerte, en que tenemos la certeza que todo lo que hemos sido hasta el momento, todo aquello que nos ha definido dejará de ser y sólo nos queda soltar y abrirnos a lo único que no nace ni muere,

el Ser radiante en el centro de nosotros mismos.


El resplandor de las hojas doradas de otoño 2 - Patricia May

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