A menudo la gente se queja de su propia memoria, especialmente a partir de la mitad de la vida. Se producen olvidos de nombres, de dónde se dejó tal o cual objeto, de un trámite que se olvidó, o bien cuesta traer a la memoria algún suceso del pasado. Se asustan también, pensando que puede ser un síntoma precoz de envejecimiento.
Sin embargo, en la mayor parte de las personas esta baja en la memoria se debe más bien a factores de otra índole, entre las cuales hay varias posibles. Una de ellas es el estrés o en general la ansiedad o nerviosismo. En un estado tensional el cerebro está sobrecargado con información, y pierde la capacidad para concentrarse y almacenar recuerdos. Otra causa puede ser falta de motivación. En general se recuerda mejor todo lo que es importante, lo que tiene algún significado. Por lo tanto si se recibe información que no parece relevante, es más posible que se olvide pronto. Y otra causa es la represión, es decir olvidar cosas “sin querer queriendo”, especialmente sucesos penosos de nuestra vida, o cosas que no deseamos realizar.
Por muchos estudios que se han realizado, no hay todavía una total claridad de cómo funciona la memoria. Se sabe sí con certeza que hay dos tipos de memoria, una de corto plazo, y otra de largo plazo. La memoria de corto plazo es una “memoria de trabajo”, que retiene poca información, y que no dura más allá de unos veinte segundos. La memoria de largo plazo es diferente. Lo que se almacena ahí dura toda la vida. Aunque no está clara la forma en que se almacenen los recuerdos, pareciera intervenir alguna forma bioquímica, es decir hay algún cambio al interior de las neuronas que permite que se guarde la información.
Para recordar mejor o potenciar la memoria, hay varias técnicas útiles. En primer revisar los aspectos ya mencionados como posibles causas de la mala memoria, es decir darse cuenta si se está o no en un estado de tensión, o bien si hay poco interés por lo que se quiere recordar. Si éste es el caso, hay que superar el estado de estrés, mediante el aprendizaje de alguna técnica de relajación; y en el segundo caso, interesarse más en aquello que se quiere retener. Otra forma que da muy buenos resultados es utilizar algunas estrategias denominadas mnemotécnicas, que son pequeños trucos para recordar con más facilidad. Es este sentido tiene mucha utilidad la asociación, que consiste en tratar de asociar la información nueva con algo ya conocido, estableciendo una conexión. Para recordar un nombre por ejemplo, se puede asociar algún rasgo del rostro en particular con el nombre; o bien con alguien conocido que posea el mismo nombre.
Otra técnica es pensar en mayor profundidad en lo que se quiere recordar, y analizarlo más a fondo, porque se ha descubierto que cuanto más se profundiza en un tema, más se recuerda después. También es importante fraccionar la información; esto significa “cortarla en trozos”. Un ejemplo simple es recordar un número telefónico agrupando los dígitos. Otro recurso interesante es hacer una historia con las cosas que se quiere recordar, como un cuento corto. Muy útil es también el combinar imágenes verbales con visuales. La concentración es también fundamental, así como repetir el material que se debe recordar. Finalmente, es útil desarrollar claves de recuperación significativas, como una cierta palabra que nos evoque de inmediato la idea que estamos recuperando. HBC
Sin embargo, en la mayor parte de las personas esta baja en la memoria se debe más bien a factores de otra índole, entre las cuales hay varias posibles. Una de ellas es el estrés o en general la ansiedad o nerviosismo. En un estado tensional el cerebro está sobrecargado con información, y pierde la capacidad para concentrarse y almacenar recuerdos. Otra causa puede ser falta de motivación. En general se recuerda mejor todo lo que es importante, lo que tiene algún significado. Por lo tanto si se recibe información que no parece relevante, es más posible que se olvide pronto. Y otra causa es la represión, es decir olvidar cosas “sin querer queriendo”, especialmente sucesos penosos de nuestra vida, o cosas que no deseamos realizar.
Por muchos estudios que se han realizado, no hay todavía una total claridad de cómo funciona la memoria. Se sabe sí con certeza que hay dos tipos de memoria, una de corto plazo, y otra de largo plazo. La memoria de corto plazo es una “memoria de trabajo”, que retiene poca información, y que no dura más allá de unos veinte segundos. La memoria de largo plazo es diferente. Lo que se almacena ahí dura toda la vida. Aunque no está clara la forma en que se almacenen los recuerdos, pareciera intervenir alguna forma bioquímica, es decir hay algún cambio al interior de las neuronas que permite que se guarde la información.
Para recordar mejor o potenciar la memoria, hay varias técnicas útiles. En primer revisar los aspectos ya mencionados como posibles causas de la mala memoria, es decir darse cuenta si se está o no en un estado de tensión, o bien si hay poco interés por lo que se quiere recordar. Si éste es el caso, hay que superar el estado de estrés, mediante el aprendizaje de alguna técnica de relajación; y en el segundo caso, interesarse más en aquello que se quiere retener. Otra forma que da muy buenos resultados es utilizar algunas estrategias denominadas mnemotécnicas, que son pequeños trucos para recordar con más facilidad. Es este sentido tiene mucha utilidad la asociación, que consiste en tratar de asociar la información nueva con algo ya conocido, estableciendo una conexión. Para recordar un nombre por ejemplo, se puede asociar algún rasgo del rostro en particular con el nombre; o bien con alguien conocido que posea el mismo nombre.
Otra técnica es pensar en mayor profundidad en lo que se quiere recordar, y analizarlo más a fondo, porque se ha descubierto que cuanto más se profundiza en un tema, más se recuerda después. También es importante fraccionar la información; esto significa “cortarla en trozos”. Un ejemplo simple es recordar un número telefónico agrupando los dígitos. Otro recurso interesante es hacer una historia con las cosas que se quiere recordar, como un cuento corto. Muy útil es también el combinar imágenes verbales con visuales. La concentración es también fundamental, así como repetir el material que se debe recordar. Finalmente, es útil desarrollar claves de recuperación significativas, como una cierta palabra que nos evoque de inmediato la idea que estamos recuperando. HBC
5 comentarios:
HORST:
¿APRENDER POESIAS AYUDA A MEJORAR LA MEMORIA?
UNA ARAÑA PACIENTE Y SILENCIOSA
Una araña paciente y silenciosa,
vi en el pequeño promontorio en que
sola se hallaba,
vi cómo para explorar el vasto
espacio vacío circundante,
lanzaba, uno tras otro, filamentos,
filamentos, filamentos de sí misma.
Y tú, alma mía, allí donde te encuentras,
circundada, apartada,
en inmensurables océanos de espacio,
meditando, aventurándote, arrojándote,
buscando sin cesar las esferas
para conectarlas,
hasta que se tienda el puente que precisas,
hasta que el ancla dúctil quede asida,
hasta que la telaraña que tú emites
prenda en algún sitio, oh alma mía.
WALT WHITMAN
GRACIAS
HT.
Hace unos años, después de algunas reformas educacionales y nuevas tendencias en Educación que empezaron en los años 50 o poco antes, cayó en desgracia "memorizar", ya que se valorizó y potenció casi exclusivamente la "comprensión". Hasta esos momentos era común aprender poesías de memoria.
Hoy día hay personas que nuevamente abogan por darle un espacio a la memorización, para lo cual lo tradicional ha sido memorizar poesías. En definitiva, yo creo que memorizar poesías efecticamente ayuda a potenciar la memoria, aunque no sea una gran técnica ni dé resultados tan espectaculares. Pero al final creo que lo más importante es que las poesías que hemos memorizado son casi como tener una música hermosa a tu disposición cuando quieres escucharla. Y eso sí vale la pena.
GRACIAS POR REGALARME
"UN MOMENTO", DE TU TIEMPO Y RECORDARME QUE ESA MUSICA INTERNA, SIEMPRE ESTA A NUESTRA DISPOSICION EN EL SILENCIO. Y "ESO" VALE LA PENA.
AHORA RECUERDO UNA, "EN PAZ" DE AMADO NERVO(...) ES UNA BELLA CREACION.
GRACIAS-HB.
HT
Un campo de algodón. Matsuo Basho
"Cierto día, Basho y Kikaku iban paseando por el campo y se quedaron mirando las libélulas que revoloteaban por el aire. En ese momento, el discípulo compuso este haiku:
¡Libélulas rojas! Quítales las alas y serán vainas de pimienta."
El Maestro respondió: "No. De ese modo has matado a las libélulas. Di más bien:
¡Vainas de pimienta! Añádeles alas y serán libélulas.
Vivificar la naturaleza, no destruirla, esa era la vocación poética y vital de Basho.
GRACIAS HBC
Gracias, creo que la poesïa, la música,las imagenes...etc.
Nos evocan los recuerdos y activa de alguna forma la LUZ, que parece está en el Corazón y en nuestra Mente. Mjorar la memoria "ES" un Trabajo.....
Encontre algo que me gustaria compartir:
"TÚ QUE DUERMES,
DESPIÉRTATE,
LEVÁNTATE
DE ENTRE
LOS MUERTOS
Y LA LUZ
DE CRISTO
BRILLARÁ
SOBRE TI".
//: EFESIOS 5
-perdona mis faltas de ortografías- GRACIAS HBC.
L-D.
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