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8/9/07

TRASCENDENCIA

El concepto de trascendencia tiene varios significados. Por una parte se habla de trascendencia para decir que algo se hizo público –“trascendió”- significando algo que de algún modo estaba oculto o al menos no era conocido. Por otra parte algo trascendente es algo importante que causa cierto impacto. Pero lo que nos interesa ahora es la trascendencia en el plano humano. Etimológicamente trascender es ir más allá del límite.

Referido al hombre entonces, podemos decir que trascender es ir más allá de sus propios límites. Pero, ¿de cuáles límites? De un modo simple, y que podemos mencionar como ejemplo, trascender es tener un hijo, pues a través de él los padres trascienden su propio límite impuesto por el momento de la muerte; proyectan parte de su ser más allá, a través de los hijos. Muchas personas también han trascendido de otras formas, dejando una obra de arte, sus ideas, y en general a través de las realizaciones que lograron en su vida.

Puesto que hemos hablado de la muerte, se puede mencionar que la idea de la trascendencia está también muy ligada a las religiones y a la espiritualidad, ya que el alma trasciende al cuerpo, es decir va más allá de donde llega el límite de vida del cuerpo, que como decíamos es la muerte. A la idea de trascendencia siempre subyace la idea de algo superior; por ejemplo el alma va a un plano superior.

De modo que con lo dicho hasta aquí podemos afirmar que trascender implica llegar más lejos, pasar un límite. Pero, ¿y que hay de la trascendencia en la vida actual? Aquí nos pueden servir de ayuda las ideas del psicólogo Carl Jung y su escuela. Para él, trascender concierne a la superación por parte del hombre del modelo de existencia que ha llevado hasta ese momento. Es avanzar hacia otra etapa más madura y plena, hacia la plena realización de su “sí mismo”. Por lo tanto la trascendencia es también un fenómeno que ocurre en el presente.

Es desligarse en gran medida de los condicionamientos sociales y la historia personal. Esto significa llegar a ser más auténtico, más uno mismo, más libre, y sobre todo llegar al máximo potencial; puede implicar un cambio más o menos profundo de vida. Suele aparecer en la etapa media de la vida. Pareciera incluso que la trascendencia fuera una necesidad humanas común a todos, pero que no siempre se despierta, porque estamos o muy “tragados” por el mundo externo o muy “dormidos”.

Sin embargo el sentido de trascendencia aparece a través de algunas manifestaciones sutiles. Una de ellas pueden ser los sueños, en lo cuales se simboliza de diversas maneras. Soñar con un chamán puede simbolizar la curación de una herida interna para superar una etapa y pasar a otra; o a veces un ave puede simbolizar la necesidad de elevarse hacia lo espiritual. Y un viaje de peregrinación suele simbolizar un anhelo inconsciente de despegarse o liberarse de algo o conocer otras realidades.

La actitud adecuada que podría permitir la trascendencia es poner atención a estos símbolos cuando aparecen, y meditar sobre ellos, tratando de explorar su significado en la vida propia. Puede ser que el significado comience a develarse, a entreverse, pero por desgracia es frecuente en estos casos encontrarse con el viejo dilema de la contención versus la liberación. Seguir contenido es continuar apegado a los viejos esquemas, por miedo o rutina; apostar a la liberación es el camino que puede llevar más lejos, a la trascendencia, pero puede generar temores y aún incomodidades que pocos están dispuestos a enfrentar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

1 Carl Jung . Desde lo profundo del alma


http://www.youtube.com/watch?v=3OcZCKgA9e4&nofeather=True

Anónimo dijo...

Una frase...
JUNG:
“Todos nacemos originales
y
morimos copias”

Anónimo dijo...

“Todos nacemos originalesymorimos copias”

Anónimo dijo...

Tagore
12
¡Cuánto tiempo dura mi viaje, y qué largo es mi camino!
Salí en la carroza del primer albor, y caminé a través de los desiertos de los mundos,
dejando mi rastro por las estrellas infinitas.
La ruta más larga es la que sale más pronto a ti, y la más complicada enseñanza no lleva sino a la perfecta sencillez
de una melodía.
El viajero tiene que llamar, una tras otra, a todas las puertas extrañas para llegar a la suya; ha de vagar por todos
los mundos de afuera, si quiere llegar al fin a su santuario interior.
Mis ojos erraron por todos los confines antes de que yo los cerrara diciendo: "Aquí estás". Y el grito y la pregunta:
"¡Ay!, ¿dónde?", se derriten en las lágrimas de mil raudales y ahogan el mundo con el desbordamiento de su "¡Yo soy!".

Anónimo dijo...

Gracias HB