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13/3/08

TRABAJO INTERIOR

Hasta donde yo sé, fue Gurdjieff quien primero empleó el término “trabajo interior” para referirse a un trabajo en donde se presta una gran atención al mundo interno, sean ciertos procesos mentales, sean emociones, el cuerpo, etc., con el fin de acceder a estados de conciencia superior y lograr un desarrollo verdadero. También se le suele llamar el “Trabajo”, con mayúscula inicial, para distinguirlo del trabajo común de la vida cotidiana.
El trabajo interior es, como su nombre lo dice, un trabajo en todo el sentido de la palabra, que requiere esfuerzo y dedicación, pero no para producir bienes o ganar un sueldo, sino para hacerse más consciente; o si se quiere, para "despertar". Es el ejercicio sistemático y creciente de ciertas acciones y actividades que llevan hacia el desarrollo del ser. Es estar atento a las condiciones psíquicas internas, descubriendo nuevas facetas personales. Por lo tanto, el trabajo interior se puede realizar en cualquier sitio y momento, incluso mientras se está trabajando en el sentido usual del término. Y precisamente en los momentos más difíciles, como cuando se vive una crisis, se está en una reunión importante o en una discusión, se puede estar haciendo trabajo interior. Además de aprovechar las circunstancias de la vida diaria, también se hace trabajo interior con ciertas tareas que uno mismo se impone o, preferentemente, con la guía especializada de alguien que esté en este camino de desarrollo.
A modo de ejemplo de tareas de trabajo interior, se podría citar escucharse la propia voz en algunas situaciones, estar atento al ritmo de caminar, darse cuenta de los miles de pensamientos que surgen continuamente en la mente, detectar pequeñas emociones, practicar cierta oración, luchar contra un defecto, hacer un ayuno, etc. Cada una de estas tareas tiene un objetivo específico que puede no comprenderse de inmediato, pero que después se va clarificanado. Parte importante del Trabajo es estar lo mas conectado posible consigo mismo, por ejemplo con el cuerpo. A la larga, el trabajo interior va produciendo una transformación, que se nota en una mayor apertura, una mayor seguridad en sí mismo, una autoestima más fuerte y sólida. Posteriormente comienza a aparecer una imagen muy diferente y mucho más real de sí mismo, se descubren nuevas facetas y potencialidades de uno mismo que jamás se imaginó, y hay un acercamiento a la verdadera espiritualidad. Podríamos decir que la persona va conectándose con su esencia o su verdadero “yo”; usando términos más conocidos, va naciendo el “hombre nuevo”.
A semejanza del trabajo normal, el trabajo interior produce más resultados mientras más se trabaja, mientras más esfuerzo se haga. Esto es sin embargo muy difícil, porque aparece la pereza, un miedo inconsciente a conocerse más (especialmente los defectos), y porque nos damos cientos de otras excusas, como la “falta de tiempo”, “las actividades cotidianas”, que en definitiva nos impiden trabajar.
Aunque desde cierta perspectiva el trabajo interior tiene un fuerte componente psicológico, es mucho más que simple psicología, así como tampoco es sinónimo de introspección. De hecho, viene de tradiciones espirituales milenarias, lo que hace muy difícil rastrear sus orígenes. Aunque no es fácil acercarse al Trabajo, todavía es posible, pues aún se realiza en algunos grupos espirituales, en ciertos monasterios, y es también parte de ciertas enseñanzas orientales; el acercamiento y el contacto con el Trabajo se produce en realidad cuando se dan ciertas condiciones psicológicas, como el anhelo de una verdadera espiritualidad y crecimiento, o una búsqueda intensa, real y apremiante de la verdad. Esto mismo hace que el Trabajo –por desgracia- sea para pocos. Es para quienes comienzan a vislumbrar que la vida no es sólo materia sino también espíritu. HBC

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