Asertividad es una palabra que viene del inglés "assert", que significa algo así como "aseverar con fuerza", afirmar algo. Se la puede definir como la capacidad de luchar por nuestros derechos, decir lo que se siente y piensa, y decir 'no' sin sentirse culpable. Todo esto en el momento propicio y de la manera adecuada; o sea decir las cosas pero sin pasar a llevar los derechos de los demás y sin dejar que pasen sobre los propios. Es expresarse en forma firme pero sin dañar.
La comunicación asertiva es, en cierto sentido, como el término medio "justo" entre dos extremos: la prepotencia y la debilidad. Muchas personas, para hacer un reclamo por ejemplo, se dan fuerza a través de la agresión o la prepotencia. Claro, lograron atreverse a hacer el reclamo, pero dejaron heridas en el otro. Y si no se atreven a reclamar, quedan mal ellos mismos, porque ni consiguieron lo que querían, ni tampoco pudieron expresarse.
Está comprobado que las personas que se comunican asertivamente funcionan mucho mejor en todo sentido. Son también en general más exitosas, porque por un lado saben luchar por lo que quieren, por otro lado no agreden, y además porque hacen que se respeten sus derechos. Además, como son capaces de decir lo que piensan y sienten en el momento adecuado, no quedan con la pesada carga emocional que debe arrastrar una persona no asertiva.
Las personas no asertivas generalmente tienen problemas. Por ejemplo, si intentan luchar por sus derechos lo hacen de manera agresiva -quizás como una manera de darse seguridad- pero dañan la relación y no consiguen lo que quieren, porque también despiertan agresividad en el otro, con lo cual se llega al conflicto abierto. O al revés: ni siquiera intentan luchar por los derechos propios; o bien por el hecho de no expresar lo que sienten, pueden quedarse atascados durante horas (o días) pensando en lo que podrían o no podrían haber dicho en el momento en que ocurrieron los hechos, lo que conduce a la larga al estrés, puesto que la persona se traga la rabia y las frustraciones, y se llena de "rollos".
Y no solo eso: hasta ha habido casos de divorcio, cuando el esposo o la esposa no sabe comunicarse en forma asertiva, como por ejemplo cuando se es incapaz de negarse a ser aval o a prestar todo lo que le piden, con lo cual arrastran a toda la familia hacia problemas económicos. En estos casos la persona fue incapaz de decir “no”. Comunicarse asertivamente es entonces expresar lo que se piensa y siente, frente a todo tipo de personas, pero de una manera firme y socializada.
Es fácil preconizar la comunicación asertiva, pero no es fácil llevarla a la práctica. Requiere de un entrenamiento, pero es un esfuerzo que vale la pena, porque conduce a la persona a una vida más responsable, más digna, con mejor autoestima, y más exitosa en todo sentido. Se gana en respeto propio y de los demás, y hasta en libertad.
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