Al hablar del tiempo, debemos en todo caso hacer una distinción importante: existe el tiempo cronológico, y el tiempo psicológico. El primero -el tiempo cronológico-, está basado en acontecimientos y fenómenos objetivos, y se mide a través de un sistema convencional, y en la vida diaria, a través del reloj.
El segundo en cambio -el tiempo psicológico-, está en relación a nuestras percepciones, a la vivencia interna, al momento emocional, y puede ser muy diferente al cronológico. Un mismo acontecimiento, vivido por varias personas distintas en forma simultánea, puede por lo tanto tener un tiempo psicológico diferente para cada una. Así por ejemplo, para dos espectadores que están presenciando el mismo partido, el tiempo psicológico tendrá una duración totalmente diferente según su equipo esté ganando o perdiendo. Si se es partidario del equipo que va perdiendo, los últimos minutos del partido pueden ser demasiado cortos. Pero para quien está de parte del equipo que va ganando, los mismos últimos minutos pueden ser una eternidad.
No está del todo claro de qué depende el tiempo psicológico. Un conocido psicólogo suizo, Jean Piaget, quien ha sido uno de los estudiosos más importantes del desarrollo cognitivo, plantea que el niño comienza a construir su noción del tiempo a través de dos variables: orden y duración. El orden se refiere a que el niño va entendiendo que el tiempo se puede dividir en “antes y después”, es decir, empieza a comprender que existe un intervalo de tiempo entre cada acontecimiento. Y duración, en la medida que percibe que hay eventos que duran más que otros. Por lo tanto, la noción de tiempo la construye el niño a partir de la actividad y del movimiento.
Un factor importante en la percepción del tiempo es el factor emocional. Normalmente una actividad o un momento divertido o agradable se percibirá como de corta duración (piense en las vacaciones). Al revés, un momento negativo, por ejemplo de malestar o de dolor, se vivirá como más largo. Y en cuanto al dolor, tanto el dolor físico como el psicológico (o sufrimiento), siempre parecen demasiado largos. De ahí también la acertada frase nerudiana : “es tan corto el amor y tan largo el olvido”.
Otro factor, muy ligado al emocional, son las expectativas. Cuando anhelamos algo, el tiempo parece detenerse y no avanzar. Hasta la psicología popular expresa este hecho en un dicho: “agua que se mira nunca hierve”. Pero también las expectativas negativas, como el temor a envejecer, distorsionan el tiempo real, y la persona empieza a sentir con angustia que los años pasan cada vez más rápido.
Y en relación a esto último, en realidad el tiempo transcurre de manera subjetivamente diferente de acuerdo a la edad de la persona. En general, mientras más edad tiene una persona, más corto se hace el tiempo. Esto nos hace entender por qué las abuelas le dicen a los adolescentes “pero si parece que fue ayer no más que te tenía en brazos”.
En fin, un tema de gran interés, con muchas facetas y variables en juego. A fin de cuentas, si bien el tiempo no puede dominarse y siempre se nos escapa de las manos, lo único que podemos hacer es aprovecharlo lo mejor posible –cada cual según sus prioridades-, de modo que psicológicamente podamos estar tranquilos de que hemos logrado acercarnos lo más posible a nuestras metas. HBC
5 comentarios:
"Si buscas una buena solución y no la encuentras, consulta al tiempo, puesto que el tiempo es la máxima sabiduría."
Tales
'G'RACIAS HBC
Cristián Warnken
Todo ha ido derrumbándose alrededor nuestro en estos años (instituciones, convicciones, la república tal como la conocimos), pero el último derrumbe nos trajo una sorpresa inesperada, impensada...
La tierra habló el 27 de febrero. Ahora es el hombre el que habla desde el fondo de la tierra. Y habla desde el desierto, el desierto que empezaba a crecer en nuestra propia alma. La mirada de esos mineros a la cámara-sonda y la luz de sus linternas tienen el efecto de un relámpago. Un relámpago en la noche. Porque hemos estado sumergidos en una noche sin darnos cuenta. La noche de un país que ha renegado de su luz propia para copiar y encandilarse con la luz de los reflectores, las cámaras, la farándula, el evento, el reality , etcétera.
Ante estos 33 hombres sumergidos en la tierra, todo reality , todo "evento" palidece y se desintegra ante un "acontecimiento". La realidad -con su consistencia de piedra y mineral- desaloja el simulacro.
Es la verdad, la verdad de nuestra radical precariedad y abismo la que ahora brilla, y brilla sumergida, como un mineral de alta ley, puro, tenaz y deslumbrante.
La luz de estos mineros nos ciega como la luz de la caverna del filósofo griego. Como si no pudiéramos verla de frente, tanta es su potencia enceguecedora. Ahora estamos ciegos. Ciegos por la luz de 33 pequeñas linternas. Y debemos seguir ciegos todo lo que sea necesario, para volver a ver.
¿Y qué vamos a ver? Nuestra desnuda esencia, nuestra verdad más honda, nuestra belleza, nuestra esperanza tanto tiempo sepultada por la mentira.
Estos 33 chilenos son los héroes de una hazaña épica interior. Porque ésa es la batalla que hay que librar ahora: hacia adentro. Y hay que "resistir". Resistir en el sentido radical que una vez señaló el poeta Rilke. Resistir a los cantos de sirena de superficie, resistir a todo lo que nos aleje de nuestro propio centro, y nos extravíe. Porque de tanto alejarnos de nuestro centro, habíamos perdido contacto con la torre de control. Pero alguien nos ha llamado desde la pura piedra. No un e-mail, no un mensaje de texto: 33 caracteres escritos con la propia sangre.
Los mineros no están en un Infierno: somos nosotros los que estamos en él. El Infierno del sinsentido, de la falta de verdad y autenticidad. Ellos son nuestros Orfeos. Orfeo sacó a su amada Eurídice del Hades, el país subterráneo de la muerte. Ellos, con sus mensajes y sus lámparas, van a sacar a Chile de su extravío. Ellos son nuestros rescatistas.
Hasta ahora teníamos un Bicentenario de cartón piedra, de fachada. Ahora, en esta espera, nos preparamos para nacer de nuevo. Es una espera de un largo parto. Es la tierra que va a dar a luz a 33 hombres. Pero en realidad somos nosotros los que vamos a nacer, porque estábamos dormidos y muertos. No bastó un terremoto para despertar. Necesitábamos un Gran Mito para agruparnos alrededor de él: y ésta no es una "noticia" más, sino un Mito nacido del inconsciente del pueblo chileno. Como si la república quisiera nacer de nuevo, como si estos 33 mineros fueran sus hijos pródigos a punto de regresar. Y mientras no regresen, Chile no existe todavía.
Habrá entonces que dejar hablar de Bicentenario: habrá que hablar del nacimiento de una patria nueva, una patria en gestación que se está incubando al interior de nuestras propias entrañas y alma. Una patria que gestaremos entre todos en estos cuatro meses de rescate, de rescate de nuestra propia esencia perdida.
Una patria más pobre pero más rica, cuyos diamantes son los ojos de los más pobres. Una patria que quiere florecer (como desierto florido) con dolores de parto. Una patria de lámparas de minero y miradas limpias
31/8/10
COMPARTIR UN PENSAMIENTO (...)
Desierto... en la profunda soledad tu mirada se vuelve hacia ti mismo...
'G'RACIAS HB
MULTICOSMOS
Sinopsis
Este documental incursiona en una mirada a la vida que, a través de la contemplación de las aves, nos va sumergiendo en una visión del mundo muy esencial y muy poco frecuente en este mundo plagado de artificio y en donde el espacio para el contacto con el entorno es muy escaso. Sin embargo a través de la trama vamos descubriendo la posibilidad de esta apertura de nuestros sentidos ante la belleza deslumbrante de pájaros y paisaje, y del alma humana cuando está desnuda. Participa también Lorenzo Aillapán, Hombre-Pájaro mapuche quien, a través de su cosmogonía indígena, nos incita también a despertar a nuestra percepción del entorno, acercándonos a una visión de totalidad en donde las aves -como nosotros-, son vistas como puntos hermosos jugando un rol imprescindible al servicio de una armonía superior.
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ALGO HERMOSO PARA VER
Y
COMPARTIR.
GRACIAS POR LOS "VINCULOS" Y POR PLASMAR EL TIEMPO EN MOVIMIENTO...
EN LA PROLONGACION DEL LIBRO "UNA MIRADA(...)
...Gracias HBC.
Antes las distancias eran mayores porque el espacio se mide por el tiempo.
Jorge Luis Borges
“Ver un mundo en un grano de arena, …” (I)
.y un cielo en una flor silvestre,
sostener el infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora”.
William Blake
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