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29/10/12

PERCIBIR EL FUTURO PODRIA SER POSIBLE

Una investigación sugiere que existen respuestas fisiológicas que se anticipan a la conciencia

En la revista digital Tendencias 21 encontré un artículo muy interesante sobre conocer el futuro, y creo que se trata de un fenómeno real, aunque sin una explicación clara todavía. Muchos hemos vivido experiencias de este tipo (precognición), pero su ocurrencia intempestiva y no sujeta a la voluntad dificulta enormemente su estudio. C. G. Jung fue uno de los psicólogos que se ha preocupado del tema, y lo llamó sincronicidad; aunque no es exactamente lo mismo que relata el artículo, la sincronicidad se refiere a la ocurrencia simultánea de dos sucesos que tienen una significación especial, por ejemplo simbólica, pero que no están ligados causalmente. Aunque desde una visión externa el fenómeno de sincronicidad puede incluso ser interpretado como aleatorio, como casual, para quien lo vivencia tiene una gran significación. Jung además comentó una serie de otros fenómenos de sincronicidad, y propuso incluso que debería estudiarse la relación entre la psiquis y la materia. Otro científico -un físico- que ha incursionado en temas parecidos es Fritjof Capra, quien producto de una experiencia personal, un satori o estado místico, se interesó en esto. Su libro "El Tao de la física" es de gran interés.
En fin, un mundo paralelo, coincidencias significativas, previsión del futuro, intuición... son fenómenos que están ahí, ante nosotros. Por tanto es de gran interés que estos estudios se sigan realizando y ampliando, de modo que en algún momento podamos integrar este conocimiento con el actual corpus de la ciencia. Transcribo el artículo.
Los resultados de la revisión de 26 estudios sobre la respuesta fisiológica a eventos aún no ocurridos sugieren que el cuerpo es capaz de percibir el “futuro”, sin pistas previas. Según los autores de la investigación, esta “actividad anticipatoria anómala” es real, pero permanece aún sin explicación. Asimismo señalan que la biología cuántica, una rama de la ciencia que estudia el efecto de las partículas subatómicas en los organismos vivos, podría darle sentido. Resultaría fantástico –y muy útil- que nuestros cuerpos nos preparasen para eventos futuros que pudieran resultar importantes para nosotros, incluso en ausencia de clave o referencia alguna a dichos eventos.

¿Pero es posible tener este tipo de presentimientos? Según investigadores de la Northwestern University de Estados Unidos: sí. Los científicos han llegado a esta conclusión a partir de la revisión de los resultados de 26 estudios realizados a este respecto, y publicados entre los años 1978 y 2010.

Según informa la Northwestern University en un comunicado, ya se sabía que nuestra mente subconsciente a veces sabe más que nuestra mente consciente. Por ejemplo, en mediciones fisiológicas se ha demostrado que el organismo presenta respuestas inconscientes antes de que cierta información llegue a nuestra conciencia. En lo que respecta en concreto a situaciones de peligro, en 2005 un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington reveló que existe una zona del cerebro que actúa como un sistema de alerta en caso de riesgo, que es capaz de advertirnos, y también de aprender a detectar nuevos peligros.


Sin pista alguna
Lo que no había quedado claro hasta ahora, sin embargo, es “si los seres humanos tienen la capacidad de predecir eventos importantes futuros, incluso sin ningún tipo de pista sobre lo que va a suceder", explica Julia Mossbridge, autora principal del estudio e investigadora del Laboratorio de Neurociencia de la Northwestern.  Por ejemplo, se supone que una persona que esté jugando a un videojuego en el trabajo, con los auriculares puestos, no podrá oír a su jefe cuando este se encuentre a la vuelta de la esquina. "Sin embargo, nuestro análisis sugiere que si estuviera en sintonía con su propio cuerpo, esa persona sería capaz de detectar estos cambios anticipatorios entre dos y 10 segundos antes (de que el jefe llegue) y cerrar el videojuego a tiempo", asegura Mossbridge.

La investigadora añade que ese individuo tendría incluso la posibilidad “de abrir la hoja de cálculo en la que se suponía que estaba trabajando. Y, con suerte, hacerlo todo antes de que el jefe entre en la oficina".


Actividad anticipatoria anómala
Esta capacidad ha sido tradicionalmente denominada “presentimiento” o “premonición", pero Mossbridge y sus colaboradores no están seguros de que la gente sienta realmente el futuro. Ella prefiere llamar a este fenómeno “actividad anticipatoria anómala”. Mossbridge añade que “el fenómeno no es normal, según argumentan algunos científicos, porque no puede explicarse desde nuestra comprensión actual sobre el funcionamiento de la biología, pero otras explicaciones vinculadas a hallazgos sobre biología cuántica (sobre cómo afecta el comportamiento de las partículas subatómicas al mundo vivo) podrían hacer que todo esto cobre un sentido”.

Este fenómeno “es anticipatorio porque parece predecir modificaciones fisiológicas futuras en respuesta a un hecho importante sin claves conocidas, y es actividad porque consiste en cambios en los sistemas nervioso y cardiopulmonar, así como en la piel”, concluye la científico, que está especializada en psicología, neurociencia y psicología cognitiva. Los resultados de esta investigación han aparecido detallados en la revista Frontiers in Percepction Science.


Otros vínculos entre lo vivo y lo cuántico
En los últimos 30 años ha ido madurando en biología un cuerpo de teorías y de investigaciones empíricas hacia el conocimiento de los fundamentos cuánticos de la materia viviente. Dentro de este campo, se ha llegado a sugerir que la naturaleza de la física de partículas podría explicar fenómenos como la telepatía o ciertos mecanismos de la conciencia humana.

Asimismo, en 2010, un equipo de físicos del Institut für Theoretische Physik, de la Universidad de Innsbruck, en Austria, consiguió establecer una relación entre la orientación animal y la física cuántica, en concreto, entre la orientación y el llamado “entrelazamiento cuántico”.  Esta relación explicaría que las vacas y otras muchas especies animales puedan orientarse en el espacio siguiendo los campos magnéticos terrestres, es decir, tengan una extraña capacidad conocida como “magnetorrecepción”.

En los últimos años, otros investigadores han establecido asimismo relaciones entre la física cuántica y la orientación de los pájaros, de las tortugas e, incluso, de las moscas de la fruta. Además, hay quien ha señalado que la cuántica podría explicar la fotosíntesis.

En definitiva, numerosos biólogos con conocimientos en física cuántica se preguntan actualmente si el desarrollo de los organismos vivos, desde que existen hace 4.500 millones de años, no se ha beneficiado de una u otra forma de la interacción entre el mundo cuántico, llamado microscópico, y el mundo macroscópico. Fuente: Tendencias 21.net

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