Discriminar es segregar, es apartar, es tratar diferentemente y con menos consideración de la debida a una persona o algún grupo de personas. Es el comportamiento dirigido contra quienes tenemos prejuicios. La discriminación siempre conlleva algún tipo de agresión, a veces sutil y otras más violenta.
El término “discriminación” tiene la misma etimología que la palabra crimen (dis-crimin-ar). Por su parte, el prefijo “dis” significa perturbación o alteración no muy grave en algo. De modo que el sentido real de “discriminar” es “cometer un pequeño crimen”. Y su más remoto antecedente etimológico es una antigua palabra que significa “juicio”, lo que explica también la relación entre la discriminación y el prejuicio. En verdad, la discriminación va siempre precedida por un prejuicio.
El problema de la discriminación es muy antiguo en el ser humano, pero es siempre vigente también. Pese a esto, a veces no se le advierte porque se le disfraza bastante. Los chilenos, por ejemplo, hemos querido enorgullecernos de no discriminar, pero en realidad más bien hemos hecho “vista gorda” frente a esto. Es un problema nuestro del cual hemos tomado conciencia no hace mucho. A lo más, lo veíamos ligado siempre en relación a razas, y el mejor ejemplo del que disponíamos era la cultura norteamericana con el “problema” negro; después, con el “apartheid” supimos que existía en Sudáfrica; y antes que eso sabíamos que existió contra los judíos en la Alemania Nazi. Pero solamente en el último tiempo nos hemos ido dando cuenta de lo contaminado que estamos con la discriminación.
La discriminación adopta una serie de formas. Puede ser étnica (racial), quizás la más común, pero se da también en el genero (sexual), en el plano social y el status (clasismo), en contra de los discapacitados, y en general contra cualquier minoría que tenga algún rasgo que la haga diferente. Ejemplos de discriminación racial en Chile se dan frecuentemente contra personas de ascendencia aymará o mapuche.
La discriminación es siempre lesiva para quien la sufre, con consecuencias a veces dramáticas. Problemas con la aceptación de la propia identidad, un sentimiento profundo de menoscabo, una autoestima baja, una frustración constante que puede llevar a la anomia o la apatía generalizada y al hiperconformismo, y desde luego un menor acceso a todo tipo de oportunidades, tanto de trabajo como de estudios, son botones de muestra de lo que produce la discriminación.
Hay varias formas de superar la discriminación, pero no es un problema fácil. Una de las formas es la práctica de la tolerancia. Otra forma es la convivencia con personas a las cuales se ha discriminado, lo que permite verlas en su dimensión más humana, y al final comprender que en esencia son también como nosotros. Fomentar la cooperación entre grupos que tienen prejuicios entre sí, puede ser también una manera efectiva. Y en el seno de la familia, es desde luego muy importante enseñar a los hijos a no prejuzgar, estereotipar ni estigmatizar a los demás, aunque esto debe partir de una actitud genuina de aceptación de los padres hacia las diferencias y no ser una mera pose.
El término “discriminación” tiene la misma etimología que la palabra crimen (dis-crimin-ar). Por su parte, el prefijo “dis” significa perturbación o alteración no muy grave en algo. De modo que el sentido real de “discriminar” es “cometer un pequeño crimen”. Y su más remoto antecedente etimológico es una antigua palabra que significa “juicio”, lo que explica también la relación entre la discriminación y el prejuicio. En verdad, la discriminación va siempre precedida por un prejuicio.
El problema de la discriminación es muy antiguo en el ser humano, pero es siempre vigente también. Pese a esto, a veces no se le advierte porque se le disfraza bastante. Los chilenos, por ejemplo, hemos querido enorgullecernos de no discriminar, pero en realidad más bien hemos hecho “vista gorda” frente a esto. Es un problema nuestro del cual hemos tomado conciencia no hace mucho. A lo más, lo veíamos ligado siempre en relación a razas, y el mejor ejemplo del que disponíamos era la cultura norteamericana con el “problema” negro; después, con el “apartheid” supimos que existía en Sudáfrica; y antes que eso sabíamos que existió contra los judíos en la Alemania Nazi. Pero solamente en el último tiempo nos hemos ido dando cuenta de lo contaminado que estamos con la discriminación.
La discriminación adopta una serie de formas. Puede ser étnica (racial), quizás la más común, pero se da también en el genero (sexual), en el plano social y el status (clasismo), en contra de los discapacitados, y en general contra cualquier minoría que tenga algún rasgo que la haga diferente. Ejemplos de discriminación racial en Chile se dan frecuentemente contra personas de ascendencia aymará o mapuche.
La discriminación es siempre lesiva para quien la sufre, con consecuencias a veces dramáticas. Problemas con la aceptación de la propia identidad, un sentimiento profundo de menoscabo, una autoestima baja, una frustración constante que puede llevar a la anomia o la apatía generalizada y al hiperconformismo, y desde luego un menor acceso a todo tipo de oportunidades, tanto de trabajo como de estudios, son botones de muestra de lo que produce la discriminación.
Hay varias formas de superar la discriminación, pero no es un problema fácil. Una de las formas es la práctica de la tolerancia. Otra forma es la convivencia con personas a las cuales se ha discriminado, lo que permite verlas en su dimensión más humana, y al final comprender que en esencia son también como nosotros. Fomentar la cooperación entre grupos que tienen prejuicios entre sí, puede ser también una manera efectiva. Y en el seno de la familia, es desde luego muy importante enseñar a los hijos a no prejuzgar, estereotipar ni estigmatizar a los demás, aunque esto debe partir de una actitud genuina de aceptación de los padres hacia las diferencias y no ser una mera pose.
1 comentario:
La palabra discriminar definida por el diccionario Larousse dice: Separar, Distinguir una cosa de la otra. II Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad.
Así pues la palabra tiene doble significado, una de ascendencia positiva y por el otro lado consecuentemente negativo, note como en PRIMER PALNO la palabra denota SEPARACION, de tal manera que NO es malo ser discriminador, pues la practica de este verbo es la de separar entre lo que me conviene y lo que no, entre los que es bueno para mi y lo que no, entre lo justo y lo que no, entre lo uno o lo otro, todos tenemos que aprender a ser discriminadores en el sentido positivo de la palabra, de lo contrario todos practicaríamos la drogadicción, la compulsión, la lascivia, el alcoholismo, la deshonestidad y muchas muchas otras cosas nefastas al reunirnos con toda esta personas solo por NO DISCRIMINAR o distinguir. Hoy el termino se usa de escudo principalmente por los homosexuales para acusar a los heterasexuales de una falta de aceptación o por el odio del que algunas veces son objeto, tal parece que el discursos de los homosexuales es ACEPTAME, como si estubieramos OBLIGADOS a aceptarlos, y perdoname, NO ES CIERTO QUE TENGAMOS QUE ACERLO, como ellos tampoco tienen que aceptarme a fuera a mi, todos tenemos derecho a aceptar a unos y rechazar a otros , es decir aceptar lo bueno y rechazar lo malo, porsupuest hay también lo contrario, es decir los que aceptan lo malo y se apartan de lo bueno, ¿quienes son los que terminan en la cárcel? o en los hospitales con tratamientos contra el sida? NADIE que sepa discriminar positivamente acaba en la cárcel ni enfermo de sida, nadie que escoja lo bueno acaba solo en un hospital, en un asilo, o en la cárcel. jóvenes aprendan a discriminar positivamente, no hagan daño a nadie pero tampoco permitan que se les haga daño, amen a todos en la medida que demuestren que son dignos de amor y de confianza, apártate del resto, aprendan a distinguir ente lo bueno y o malo.
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