"Para todos los pueblos de la Tierra el Creador ha plantado un Arbol Sagrado, para que se junten bajo su sombra. Es aquí donde la gente encuentra la sanación, el poder, la sabiduría y la seguridad…."
Hermoso principio de un no menos bello libro, "El Arbol Sagrado". Este pequeño libro surgió como un manual de espiritualidad de los indios norteamericanos, el año 95. Después de constatar que su juventud estaba cada día más alcoholizada y drogada, las tribus de indios norteamericanos decidieron hacer un Gran Consejo para analizar este problema y buscar soluciones.
Uno de los resultados de ese consejo fue este hermoso manual. En él se utilizó un gran símbolo universal como es el árbol, para intentar dar un sentido a la vida de tantos jóvenes indígenas que habían perdido su rumbo. El libro recoge la tradición de los pueblos indígenas norteamericanos, en un lenguaje comprensible, poético, respetando incluso lo místico y lo esotérico, y con un lenguaje actualizado. Se editó para que la juventud lo lea y no olvide las tradiciones ni la sabiduría ancestral indígena, y a la vez tenga ante sí misma el trazado de un camino de desarrollo personal. Simbólicamente, el Arbol Sagrado representa la vida, los ciclos, la Tierra y el universo, y tiene cuatro grandes sentidos.
El primer gran sentido simbólico del árbol sagrado es la protección, en varios aspectos. Por ejemplo su sombra protege del sol. También entrega madera para construir el hogar y hacer leña; y su corteza representa la protección frente al mundo exterior.
El segundo sentido es el alimento, ya que el árbol entrega alimentos que permiten vivir y crecer. También simboliza el alimento que una madre da a sus hijos. Pero el sentido más profundo del alimento -dice el texto- es lo que recibimos de la gente y el mundo que nos rodea, ya que aprendemos y crecemos en la medida en que nos relacionamos con los demás seres humanos.
El tercer sentido del árbol es el crecimiento. Este sentido señala simbólicamente cuán importante es buscar en la vida a las personas y cosas que nos ayudan a crecer y a desarrollarnos. El lento crecimiento del árbol representa la necesidad de vida interior que toda persona en algún momento de su existencia descubre.
Y el cuarto sentido es la plenitud. A través de este principio se aprende que todos los aspectos de la creación son una unidad, un todo. Y por lo tanto, la unidad e integridad interna se alcanza cuando se logran entender y conciliar las contradicciones internas; de ahí deriva el equilibrio. Al alcanzar esta etapa, se logra un desarrollo humano completo, precisamente a través de la unidad interior y con los demás. La plenitud -dice el libro- es una cualidad con que nacemos, pero a veces tenemos experiencias que la destruyen. Si nos han herido y estamos "desintegrados", hay que recuperar la integridad, lo que se puede hacer por medio de los procesos naturales de sanación y las enseñanzas espirituales del Arbol Sagrado.
El libro muestra que el ser humano tiene una doble naturaleza: es físico y espiritual a la vez. También posee dones que no conoce, pero éstos no le llegan solos; debe esforzarse por conseguirlos, lo cual se logra a través del esfuerzo y especialmente de la voluntad, elemento este último imprescindible en el "camino"…
En fin, un texto muy edificante, de fácil lectura, que muestra un camino de sabiduría y desarrollo personal, y que tiene muchas similitudes con una serie de otras grandes tradiciones espirituales de la humanidad. HBC (Continuar II parte, "La Rueda Sagrada")
Hermoso principio de un no menos bello libro, "El Arbol Sagrado". Este pequeño libro surgió como un manual de espiritualidad de los indios norteamericanos, el año 95. Después de constatar que su juventud estaba cada día más alcoholizada y drogada, las tribus de indios norteamericanos decidieron hacer un Gran Consejo para analizar este problema y buscar soluciones.
Uno de los resultados de ese consejo fue este hermoso manual. En él se utilizó un gran símbolo universal como es el árbol, para intentar dar un sentido a la vida de tantos jóvenes indígenas que habían perdido su rumbo. El libro recoge la tradición de los pueblos indígenas norteamericanos, en un lenguaje comprensible, poético, respetando incluso lo místico y lo esotérico, y con un lenguaje actualizado. Se editó para que la juventud lo lea y no olvide las tradiciones ni la sabiduría ancestral indígena, y a la vez tenga ante sí misma el trazado de un camino de desarrollo personal. Simbólicamente, el Arbol Sagrado representa la vida, los ciclos, la Tierra y el universo, y tiene cuatro grandes sentidos.
El primer gran sentido simbólico del árbol sagrado es la protección, en varios aspectos. Por ejemplo su sombra protege del sol. También entrega madera para construir el hogar y hacer leña; y su corteza representa la protección frente al mundo exterior.
El segundo sentido es el alimento, ya que el árbol entrega alimentos que permiten vivir y crecer. También simboliza el alimento que una madre da a sus hijos. Pero el sentido más profundo del alimento -dice el texto- es lo que recibimos de la gente y el mundo que nos rodea, ya que aprendemos y crecemos en la medida en que nos relacionamos con los demás seres humanos.
El tercer sentido del árbol es el crecimiento. Este sentido señala simbólicamente cuán importante es buscar en la vida a las personas y cosas que nos ayudan a crecer y a desarrollarnos. El lento crecimiento del árbol representa la necesidad de vida interior que toda persona en algún momento de su existencia descubre.
Y el cuarto sentido es la plenitud. A través de este principio se aprende que todos los aspectos de la creación son una unidad, un todo. Y por lo tanto, la unidad e integridad interna se alcanza cuando se logran entender y conciliar las contradicciones internas; de ahí deriva el equilibrio. Al alcanzar esta etapa, se logra un desarrollo humano completo, precisamente a través de la unidad interior y con los demás. La plenitud -dice el libro- es una cualidad con que nacemos, pero a veces tenemos experiencias que la destruyen. Si nos han herido y estamos "desintegrados", hay que recuperar la integridad, lo que se puede hacer por medio de los procesos naturales de sanación y las enseñanzas espirituales del Arbol Sagrado.
El libro muestra que el ser humano tiene una doble naturaleza: es físico y espiritual a la vez. También posee dones que no conoce, pero éstos no le llegan solos; debe esforzarse por conseguirlos, lo cual se logra a través del esfuerzo y especialmente de la voluntad, elemento este último imprescindible en el "camino"…
En fin, un texto muy edificante, de fácil lectura, que muestra un camino de sabiduría y desarrollo personal, y que tiene muchas similitudes con una serie de otras grandes tradiciones espirituales de la humanidad. HBC (Continuar II parte, "La Rueda Sagrada")
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