Páginas

13/10/07

EL ENEAGRAMA

Definida la personalidad en su forma más simple como “la manera predominante de reaccionar y actuar de una persona”, tienen tantas facetas que no es fácil estudiarla. Junto con su estudio, los psicólogos han pretendido también desde hace mucho tiempo clasificarla. Hay varias formas de hacerlo, varias tipologías. Quizás la más conocida – porque está integrada a la vida cotidiana – es dividir a las personas como extravertidos e introvertidos. Pero hay muchas más.
Dentro de todas las clasificaciones que hay de la personalidad, no todas vienen de la moderna psicología. Así, nos encontramos por Ej. con una clasificación llamada “el eneagrama”, que se ha ido poniendo muy de moda, especialmente ente los buscadores de la “new age”.
El eneagrama clasifica a las personas en nueve tipos, pero no les da nombre sino número, para evitar etiquetar a las personas. Se cree que se originó hace unos dos mil años, en el medio Oriente, pero solo recientemente ha sido conocida en Occidente. Los nueve tipos que define el eneagrama son los que se comentan a continuación.
El número uno: son aquellas personas perfeccionistas, críticas de sí mismo y de los demás. Están convencidos de que existe una sola forma correcta de hacer las cosas. Las personas número dos son aquellas que siempre están preocupadas de descubrir las necesidades de los demás. Dan mucho de sí mismas, pero también son orgullosas y exigen aprobación y afecto.
Los del número tres son personas que buscan ser queridas por su rendimiento y logros. Son competitivos y muy preocupados con la imagen de triunfador y del éxito. Viven su vida muy basados en las apariencias.
Los que presentan una “personalidad cuatro” son personas románticas, muchas veces atraídas por lo inaccesible; el ideal está presente en el aquí y el ahora.
Los número cinco son aquellas personas que mantienen una distancia emocional con los demás. Protegen su intimidad, no se conectan, y tienen poca empatía.
Las personas seis son los dudosos, les cuesta actuar, y siempre piensan en vez de actuar. Por otra parte son leales, obedientes, les gusta identificarse con las causas.
Los número siete son aquellos que están movidos por el placer. Son “gozadores”, les gusta conversar, buscan el placer y evitan el dolor. Suelen ser simpáticos, aventureros pero evasivos del compromiso y de los límites. Los que tienen personalidad ocho disfrutan del control y el mando; les gusta mandar. Y finalmente los número nueve son personas ambivalentes, que ven todos los puntos de vista en un problema, y nunca quieren enemistarse con nadie.
Cada tipo de personalidad tiene fortalezas y debilidades, y también niveles de desarrollo. He presentado lo esencial, pero el eneagrama es mucho más que esto, porque también es todo un sistema de desarrollo personal, lo cual constituye precisamente uno de sus méritos. Para trabajarlo uno debe saber primero “qué número es”, y luego tratar de superar las trancas o rollos que están asociadas a su tipo de personalidad.

No hay comentarios: